Por Bricia Guzmán- Dirección general de Asesoría en Seguridad Industrial
El desarrollo de actividades en el sector hidrocarburos, tanto en tierra como en operaciones costa afuera, conlleva riesgos inherentes debido al manejo de materiales peligrosos y la complejidad de los procesos. En respuesta a esta realidad, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) establece lineamientos para garantizar que dichas actividades se realicen bajo criterios de protección ambiental, bienestar social y desarrollo económico sustentable.
Históricamente, múltiples incidentes en instalaciones operativas han evidenciado las consecuencias de no contar con sistemas adecuados de gestión del riesgo. Pérdidas humanas, daños al medio ambiente y afectaciones al patrimonio de comunidades han impulsado la evolución de metodologías que permiten anticipar fallas, prevenir accidentes y salvaguardar vidas.
En este contexto, el análisis de riesgo se posiciona como una herramienta fundamental para la prevención y el control de escenarios catastróficos. Esta práctica, sustentada en técnicas sistemáticas, busca identificar peligros, evaluar riesgos y establecer salvaguardas en los sistemas críticos de operación.
¿Qué es un análisis de riesgo?
El análisis de riesgo es una aplicación metodológica que permite identificar peligros y evaluar el grado de riesgo asociado a un proceso, instalación o actividad. Su objetivo es determinar escenarios de riesgo y verificar la existencia de dispositivos, sistemas de seguridad o barreras que puedan mitigar las amenazas detectadas. Esto es especialmente importante en embarcaciones, donde las condiciones operativas son dinámicas y las consecuencias de un fallo pueden escalar rápidamente.

Fases del análisis: identificación de peligros
Uno de los pilares del análisis de riesgo es la identificación sistemática de peligros. Este proceso revisa a fondo el sistema bajo estudio para detectar factores de riesgo, entender cómo pueden evolucionar y generar consecuencias no deseadas. Las metodologías empleadas se clasifican en tres grandes grupos:
• Metodologías comparativas, como las Listas de Verificación (Check List), que permiten evaluar el cumplimiento de criterios mínimos de seguridad.
• Metodologías fundamentales, que estimulan el análisis por parte de equipos multidisciplinarios mediante herramientas como What If, FMEA (Análisis de Modos de Falla y Efectos) o HAZOP (Análisis de Riesgos y Operabilidad).
• Metodologías de razonamiento inductivo/deductivo, como el Análisis de Árboles de Eventos (ETA) y el Análisis de Árboles de Falla (FTA), que permiten modelar las posibles causas y consecuencias de una falla específica.
Una herramienta al servicio de la prevención
La consultoría especializada en análisis de riesgo ofrece a las empresas del sector energético una mirada experta sobre los puntos críticos de sus operaciones. Más allá del cumplimiento normativo, se trata de fomentar una cultura preventiva, en la que la toma de decisiones esté respaldada por un conocimiento profundo del comportamiento de los sistemas y sus posibles vulnerabilidades.
En el caso de las embarcaciones, los análisis de riesgo permiten establecer estrategias de mitigación para proteger tanto al personal como al entorno marino, priorizando la seguridad como un valor innegociable.