Global Energy
En el contexto actual, donde las exigencias de sostenibilidad y seguridad energética son más críticas que nunca, bp presentó su Energy Outlook 2024, un análisis profundo sobre las tendencias y factores que podrían dar forma al futuro del sistema energético global hasta 2050. A través de dos escenarios, Trayectoria Actual y Cero Neto, la empresa ilustra cómo distintas decisiones y ritmos de transición podrían impactar el suministro y consumo de energía en los próximos 25 años.
Spencer Dale, economista jefe de bp, destacó que, si bien el crecimiento en energías renovables y tecnologías limpias ha sido notable, la transición hacia un sistema de bajas emisiones enfrenta desafíos significativos. La urgencia de limitar las emisiones de carbono para cumplir con los objetivos de París —una meta que busca limitar el calentamiento global a menos de 2°C— no solo exige innovación tecnológica y políticas firmes, sino también un cambio de mentalidad en los consumidores y una aceleración en la electrificación de sectores clave. “Aun cuando la transición es inevitable, su ritmo y orden determinarán los costos sociales y económicos que enfrentaremos en el futuro”, expresó Dale.
Escenarios de transición: Trayectoria Actual vs. Cero Neto
Los dos escenarios presentados en el Energy Outlook 2024 ofrecen perspectivas contrastantes sobre el ritmo de descarbonización. En el escenario de Trayectoria Actual, bp proyecta que la demanda de combustibles fósiles podría seguir creciendo en la próxima década debido a la expansión económica en países emergentes y la lenta sustitución de estas fuentes por renovables.
En este escenario, el consumo de combustibles fósiles representaría aproximadamente dos tercios de la energía primaria en 2050, lo que indica una brecha considerable respecto a los objetivos climáticos de París. De acuerdo con bp, esta trayectoria llevaría a un “sobrecumplimiento” de las metas de temperatura global y supondría riesgos significativos para el clima y la economía.
En contraste, el escenario Cero Neto plantea una transición acelerada hacia energías limpias, en la cual el crecimiento de las renovables superaría el aumento de la demanda total de energía, permitiendo la reducción de los combustibles fósiles a menos de un tercio de la energía primaria en 2050.
Este cambio estaría impulsado por una combinación de políticas climáticas más estrictas, mayor adopción de tecnologías limpias como hidrógeno bajo en carbono y captura de carbono (CCUS), y una electrificación acelerada. Aunque este escenario implica grandes desafíos en términos de inversión y planificación, es el único camino que ofrece una probabilidad razonable de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
Transición hacia un modelo de Sustitución Energética
Uno de los conceptos clave en el análisis de bp es la transición de una fase de “adición energética” a una de “sustitución energética”. En la fase de adición, que bp estima que durará hasta la próxima década, el crecimiento de las energías limpias, aunque significativo, no será suficiente para reducir el consumo de combustibles fósiles debido al aumento general de la demanda energética. En cambio, la fase de sustitución se alcanzaría cuando la oferta de energías limpias no solo crezca rápidamente, sino que también logre disminuir el consumo absoluto de combustibles fósiles.
En el escenario Cero Neto, bp anticipa que esta fase de sustitución podría comenzar en los años 2030, ayudada por un aumento en la eficiencia energética que permitiría que la demanda primaria de energía disminuyera progresivamente. En cambio, en el escenario de Trayectoria Actual, esta sustitución solo se lograría de forma limitada y en una escala insuficiente para reducir el impacto climático.
Eficiencia energética y combustibles alternativos
bp subraya la importancia de la eficiencia energética como un pilar fundamental de la transición. A nivel global, la eficiencia energética ha mejorado, pero no al ritmo necesario para compensar el crecimiento de la demanda en economías emergentes. En el escenario de Cero Neto, se proyecta que los avances en eficiencia contribuirán significativamente a reducir la demanda total de energía, especialmente en sectores como el transporte y la industria, donde la electrificación y los combustibles alternativos, como el hidrógeno y biocombustibles avanzados, jugarán un papel crucial.
Además, bp anticipa un crecimiento robusto en la adopción de vehículos eléctricos y bombas de calor, impulsado por regulaciones y la competitividad de costos. En sectores difíciles de electrificar, como la aviación y la industria pesada, bp espera que los combustibles sintéticos y el hidrógeno desempeñen un papel cada vez más relevante, aunque su adopción a gran escala dependerá de políticas que incentiven su uso.
Escenario Demorado y Desordenado
bp advierte que cualquier retraso en la transición podría llevar a una adaptación desordenada y costosa, aumentando los riesgos para la economía y el bienestar global. En un escenario de transición Demorado y Desordenado, las políticas y acciones para reducir emisiones se implementarían más tarde, pero de forma más intensa y disruptiva.
Este enfoque resultaría en una presión sobre los sistemas económicos y sociales, incrementando los costos y dificultando una transición ordenada. Para evitar esto, bp enfatiza la importancia de una planificación anticipada que permita una adaptación gradual y controlada, minimizando impactos económicos y sociales.
Hacia una infraestructura energética resiliente y segura
El informe de bp subraya la necesidad de fortalecer la infraestructura energética y de aumentar la inversión en tecnologías y redes que soporten una mayor cuota de energías renovables y electrificación. Según el informe, la resiliencia de las redes eléctricas y el almacenamiento de energía serán cruciales para gestionar la variabilidad de las renovables, al igual que la mejora de procesos de planificación y permisos para nuevos proyectos.
El Energy Outlook 2024 de bp es una llamada de atención sobre la urgencia de la transición energética y la importancia de abordar el “trilema energético” —asegurar un suministro de energía seguro, asequible y sostenible—. La compañía concluye que, si bien el reto es enorme, la oportunidad de transformar el sistema energético hacia un modelo más limpio y eficiente es una inversión que determinará el futuro de la economía global y el medio ambiente.