El sistema mexicano de infraestructura de la calidad se compone de distintos actores con responsabilidades específicas. Entre ellos, el Centro Nacional de Metrología (CENAM) ocupa un lugar técnico clave, pero no regulatorio. «Nuestra labor se centra en colaborar con las entidades de acreditación y autoridades normalizadoras, principalmente mediante servicios de calibración y trazabilidad que garantizan la confiabilidad de los resultados de medición«, explicó el Ing. José Martín Calvo Morales, director de Flujo y Volumen del CENAM.
En entrevista para Global Energy, el especialista detalló que el marco legal vigente, establecido por la Ley de Infraestructura de la Calidad, identifica formalmente al Sistema de Infraestructura de la Calidad en México, el cual está encabezado por la Secretaría de Economía a través de la Dirección General de Normas (DGN). “La Secretaría de Economía es quien lidera estas actividades a través de la DGN”, precisó.
Desde esta estructura, la Secretaría coordina las políticas públicas para fortalecer el sistema, mientras que las autoridades normalizadoras –Secretarías y organismos reguladores– tienen la encomienda de emitir las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y lineamientos de observancia obligatoria en sectores estratégicos como energía, transporte, salud y comunicaciones.
Un entramado regulatorio en evolución
El ingeniero Calvo Morales destacó que, entre las autoridades normalizadoras, han figurado históricamente entidades como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), que si bien hoy están extintas, sus regulaciones técnicas continúan vigentes.
“En el 2015 emitieron lineamientos técnicos en materia de medición de hidrocarburos, obligatorios de cumplimiento por parte de los operadores petroleros”, señaló. Esos lineamientos establecieron parámetros que debían seguir tanto Pemex como las empresas privadas que, mediante contratos, desarrollaban actividades de exploración y extracción de petróleo y gas.
Con las reformas administrativas recientes, muchas de esas funciones pasaron a la Secretaría de Energía (Sener). El esquema actual incorpora además la participación del Servicio de Administración Tributaria (SAT), que desde 2019 integró en su resolución miscelánea fiscal los controles volumétricos, con el fin de verificar la medición y trazabilidad en la cadena de valor de los hidrocarburos.
“Como autoridad normalizadora –ejemplificó–, el SAT, al emitir los controles volumétricos, establece también la metodología para evaluar el cumplimiento de dicha regulación”. Agregó que, dentro de este marco, la evaluación de conformidad solo puede ser realizada por unidades de inspección autorizadas, cuyos técnicos, procedimientos y equipos cuenten con acreditación previa.
El especialista subrayó que quienes hacen la evaluación de conformidad son las unidades de inspección, y son ellas quienes verifican y evalúan que el obligado o los contribuyentes cumplan con lo dispuesto en los Anexos 30 y 31. Esto implica que únicamente los entes con personal competente, equipos calibrados y trazados son los facultados para emitir certificados de conformidad en materia de controles volumétricos.
El papel del CENAM dentro del sistema
El CENAM desempeña una función exclusivamente técnica y de soporte científico, diferenciándose así de las entidades de acreditación y las autoridades normalizadoras. “El CENAM no acredita, no certifica productos ni evalúa competencias”, recalcó Calvo Morales. Su misión fundamental es garantizar la trazabilidad metrológica nacional, asegurando que las mediciones realizadas por laboratorios, industrias y organismos reguladores mantengan una vinculación confiable con los patrones nacionales de referencia.
Hace tres décadas, explicó, la estructura del sistema era muy distinta. “Hace 30 años no había entidades de acreditación autorizadas por el gobierno de México. Era la propia Secretaría de Economía, a través de la Dirección General de Normas, quien evaluaba y acreditaba a los laboratorios de calibración o laboratorios de prueba, y el CENAM participaba directamente con la Secretaría en esas evaluaciones”, recordó.
Esa participación llevó a que, por muchos años, el CENAM fuera identificado erróneamente como una entidad acreditadora o certificadora. “Mucha gente se quedó con esa idea y actualmente, después de 30 años, siguen pensando que el CENAM es quien acredita o certifica, pero no es así”, puntualizó.
El sistema actual incluye tres entidades de acreditación reconocidas por el Estado mexicano: la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA), la Mexicana de Acreditación (MAAC) y la Sociedad Internacional de Acreditación (SIAAC), todas ellas autorizadas por la DGN. Estas entidades son las responsables de evaluar y otorgar la acreditación a las unidades de inspección que participan en los procesos de verificación regulatoria.
“El CENAM participa de manera colaborativa con las entidades de acreditación, con las autoridades normalizadoras y con la Dirección General de Normas. Esto es lo que nosotros podemos fortalecer para que se enriquezca todo este esquema”, destacó el directivo.
De acuerdo con lo expuesto por el directivo, estas unidades deben operar bajo acreditaciones emitidas por entidades autorizadas por la propia Dirección General de Normas. La acreditación valida la competencia técnica del personal y la confiabilidad de los instrumentos utilizados, elementos indispensables para que las verificaciones se sustenten en mediciones trazadas. Como señaló, el objetivo último es asegurar que los resultados de medición sean confiables, principio que rige a todos los actores involucrados en la evaluación de la conformidad.
Colaboración y trazabilidad para la confianza industrial
El fortalecimiento de la trazabilidad metrológica es esencial para garantizar la confiabilidad de los resultados de medición en los sectores productivos e industriales del país. “Lo que nosotros podemos hacer es fortalecer nuestra colaboración con las entidades de acreditación, con la propia Dirección General de Normas y con las autoridades normalizadoras”, señaló.
En este sentido, el CENAM se mantiene como el referente técnico nacional que sustenta la infraestructura metrológica del país, asegurando que las mediciones tengan coherencia y precisión, no solo dentro de México, sino también en el marco de los acuerdos internacionales de reconocimiento mutuo.
El funcionario insistió en que este sistema interinstitucional, que articula a la Secretaría de Economía, las autoridades normalizadoras, las entidades de acreditación y las unidades de inspección, debe operar de manera coordinada. “Este esquema tiene que funcionar fortalecido”, comentó, resaltando que la colaboración técnica es la base para la calidad, la competitividad y la transparencia en los sectores industriales y energéticos.






