Por Rodrigo Cabrera,
Senior Manager, EY Sustainability Services
La transformación de la producción involucra a sectores difíciles de electrificar, como la metalurgia, la generación de calor industrial y diversos procesos químicos. Gracias a la reducción de costos de su producción a través de la electrólisis con energías renovables, el hidrógeno verde (H2V) crea oportunidades en México y Latinoamérica para una transición energética en los sectores más difíciles de descarbonizar.
Actualmente, los procesos de refinación de combustibles y la producción de fertilizantes, metanol, hierro y acero utilizan hidrógeno derivado de combustibles fósiles. De acuerdo con el reporte Hydrogen Supply, elaborado por la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), 2.3% de las emisiones globales de CO2 se asocian con la producción de hidrógeno. Hoy por hoy, existen oportunidades para descarbonizar la producción de hidrógeno y extender su uso a nuevos sectores a precios competitivos.
Una oportunidad que plantea nuevos desafíos
Al poder generar tanto electricidad como calor, el hidrógeno es un vector energético versátil, mas no por ello es ideal o el más competitivo para todos los usos potenciales. Por esta razón, la sustitución por hidrógeno verde en usos y sectores estratégicos, así como la producción de amoniaco verde, juega un rol clave en la ruta de descarbonización y representa una oportunidad de inversión sin arrepentimiento. De este modo, a través del H2V existe el potencial de descarbonizar procesos y sectores productivos utilizando energía renovable, como la producción de combustibles (eFuels) y los procesos químicos e industriales.
A nivel global han sido anunciados más de 680 proyectos, 2.9% de ellos en Latinoamérica. Principalmente, se han enfocado en producción, uso industrial, integración de economía de H2 y transporte, en su mayoría para la exportación a Europa, Asia-Pacífico y Estados Unidos. En nuestra región destacan proyectos como Hyex (Chile), producción de amoniaco verde para la tronadura en minería; H24U (Uruguay), conversión de 17 camiones del sector forestal; y Haru Oni (Chile), producción para la exportación de eFuels a partir de H2V.
Dichos proyectos han sido acompañados por una serie de medidas gubernamentales para establecer un marco regulatorio, estrategias, tecnologías, infraestructura y economías enfocadas al H2; sin embargo, aún existe una brecha significativa en esta materia a nivel Latinoamérica y más aún en México, por lo cual debe potenciarse al H2V a través de esfuerzos coordinados para aprovechar la oportunidad de crear nuevos negocios, fuentes de trabajo y hacer que funja como un motor para la descarbonización de la economía y la competitividad del país
El papel de nuestro país en la descarbonización
México cuenta con un potencial alto para la producción, el transporte y uso de H2V. Se identifican en el país diferentes aplicaciones, sectores y regiones estratégicas, específicamente en la refinación, la minería, la industria química, producción de amoniaco verde y combustibles sintéticos, así como la exportación a mercados con alta demanda, como Estados Unidos.
Esto se fundamenta en diversos análisis que estiman el potencial de instalar hasta 22 TW de capacidad de electrólisis para producir H2 verde a un costo nivelado (LCOH) de entre 1.4 y 2.4 USD/kg para 2050, impulsado principalmente por la generación fotovoltaica, su aprovechamiento en la región y potencial de exportación en zonas o hubs en estados como Baja California, Sonora, Jalisco y Nuevo León. Esto impulsaría a sectores identificados por el gobierno mexicano como estratégicos para el desarrollo industrial del país.
Además de ser considerado como una palanca para iniciar el uso del hidrógeno verde, la utilización de amoniaco verde en fertilizantes garantizaría reducir emisiones en el sector agroalimentario mientras se fortalece la seguridad alimentaria del país y la región. Por otro lado, un ajuste fronterizo de 100 euros por tonelada de CO2 como plantea la Unión Europea abre la oportunidad de exportar hierro, acero y cemento bajos en carbono. Por último, el hidrógeno verde permitirá a sectores como la minería y la industria química cumplir con sus metas de reducción de emisiones y minimizar sus impactos ambientales, requisitos cada vez más demandados tanto por inversionistas como por los mercados globales.
En EY contamos con las competencias técnicas y experiencia en casos de negocio ligadas a la evaluación de proyectos de oportunidad de implementación de H2V en las organizaciones. Nuestro enfoque se basa en un análisis del diagnóstico y la estrategia, casos de negocio aplicables a las necesidades de la empresa, identificación de riesgos desde un punto de vista tecnológico, de regulación, personas, infraestructura y logística, junto con el establecimiento de planes de acción y recomendaciones de aplicación para potenciar sinergias regionales con el sector público, la academia e instituciones internacionales y financieras.
Lo anterior es clave si se busca definir si el hidrógeno es una alternativa para la empresa. Entender las oportunidades de negocio y conocer qué estrategia es factible para la utilización de este vector de energía, así como identificar alianzas y crear sinergias con diversos actores, mitigará los riesgos asociados y permitirá capitalizar las oportunidades.
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