La crisis hídrica a la que se enfrenta nuestro país ha alcanzado tal magnitud que, en este punto, se ha vuelto imposible ignorar la urgencia de atenderla. Bajo estas condiciones, parece que las posibilidades de fusionar los recursos con los que aún contamos y las herramientas de innovación y tecnología desarrolladas por el sector energético para sortear estas dificultades son sumamente bajas. Sin embargo, existen esfuerzos que, hoy en día, se enfocan en mejorar las condiciones de uso y consumo de agua.
En este contexto, CIPRO, empresa de ingeniería que desde 2005 se dedica al desarrollo de proyectos para los sectores de agua y energía, a la fecha, suma alrededor de 250 proyectos ejecutados en las áreas de ingeniería hidráulica, mecánica, eléctrica, geotécnica, estructural, topográfica y de arquitectura, con un enfoque de negocios que consiste en realizar proyectos de hidroeléctricas, así como complementar proyectos solares y fotovoltaicos, desde un punto de vista de balance de planta.
En entrevista para Global Energy, Manuel Salas, director general de CIPRO, comparte algunos detalles sobre las actividades realizadas por la empresa en los sectores energético e hidráulico mexicanos; cómo su experiencia en ambos les ha permitido extender su presencia a lo largo de Latinoamérica, así como algunos apuntes sobre las estrategias que han implementado para combatir la reducción y carencia de los recursos hídricos en el país.
El papel de la crisis hídrica en el proyecto de transición energética
Una de las principales interrogantes en materia de recursos hídricos corresponde a lo críticas que resultan las condiciones en las que nos encontramos; al respecto, el director general reconoce que hemos sido capaces de consumir casi toda el agua subterránea con la que contábamos; además, a pesar de los múltiples beneficios que tienen las aguas superficiales, éstas tienen un gran problema: dependen de los ciclos hidrológicos, factor que nos coloca en un estado de mayor vulnerabilidad.
En este sentido, señala, la única alternativa viable con la que contamos es aprender a hacer un uso eficiente del agua que aún tenemos a nuestra disposición, guardar tanto como sea posible para prevenir los años de sequía, y generar nuevos esquemas de consumo de agua a nivel global, pero, sobre todo, que estos esfuerzos alcancen a cada una de las capas y agentes que componen el tejido social: ciudadanos, industria, y empresas, así como los organismos públicos y privados encargados del manejo del agua.
Respecto a estos últimos, abona que tienen una función muy especial, pues «de ellos depende mejorar la eficiencia en el manejo del agua dentro de sus redes; es decir, perder la menor cantidad posible de agua, para que, con menos hagamos más, y podamos almacenarla para los momentos de crisis”. En este sentido, los planes y proyectos de ahorro, almacenamiento, distribución y consumo de este recurso no deben ser sólo eficientes, sino también estructurales y a largo plazo.
Nuevos nichos y oportunidades de desarrollo
De acuerdo con Salas, el nearshoring ha abierto muchas oportunidades de desarrollo industrial para México; sin embargo, su correcto aprovechamiento requiere la procuración de dos factores primordiales en cuestión de infraestructura: el tener la capacidad eléctrica suficiente para satisfacer la demanda, y sistemas sustentables de abastecimiento de agua potable que permitan que toda la población, así como la industria tengan acceso a ella en la medida que sus procesos lo requieran.
En este sentido, menciona que lo que en este momento deben buscar las ciudades, primordialmente, es hacerse de todas las fuentes alternas de agua posibles, que en términos técnicos, económicos y políticos. De esta manera, destaca el papel que, a mediano y corto plazo, desempeña la inversión de recursos en el aprovechamiento del agua de mar, misma que, de acuerdo con proyecciones recientes, las ciudades que se localizan hasta 200 o 300 kilómetros de la costa, tienen la posibilidad de utilizar.
“En México se tienen plantas desaladoras municipales en Ensenada y en Guaymas, y, por supuesto, la desaladora de Los Cabos. Y ahí nosotros somos líderes, porque hemos desarrollado la ingeniería básica de esta última, que está a punto de arrancar su construcción, así como la de la desaladora de La Paz”, abona al respecto.
Un proyecto de ingeniería de valor
Actualmente, la empresa cuenta con proyectos de expansión en diferentes países de Latinoamérica, entre los que destacan Panamá, Colombia y República Dominicana, países donde cuentan con proyectos vigentes. “Nuestro enfoque estratégico es crecer a toda Centroamérica y la parte norte del Cono Sur en Sudamérica. Buscamos hacer ingeniería de valor que nos permita participar en esos mercados”.
Asimismo, en México no han parado de aumentar su presencia mediante el desarrollo de infraestructura para el manejo tanto de energía eléctrica, como de proyectos de manejo de agua, agua potable, alcantarillado y saneamiento y, aunque aún queda un largo camino por recorrer, afirma que la transición a energía sustentable es un hecho, y no hay forma de que se detenga.
“Se va a hacer, lo vamos a lograr, y ahí vamos a estar. Los países están creciendo, no sólo en población sino económicamente, y además hay más conciencia sustentable, y eso hace que haya una gran necesidad de desarrollo de infraestructura en nuestro enfoque de negocios”, concluye.
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