La mezcla mexicana de petróleo de exportación cerró en números negativos por primera vez en su historia, al ubicarse en -2.37 dólares por barril, luego de que el WTI se colocara en -37.63, en tanto el Brent se situó en 25.87.
Esto, a grandes rasgos, deriva de que, cuando se compra en el mercado de petróleo, en realidad se compra un «contrato de futuro«, o contrato activo, que sirve de referencia para calcular el precio del West Texas Intermediate y mañana, 21 de abril, vence el que tiene la fecha de entrega más cercana, es decir, en mayo, mes para el que sí existe una previsión de entrega física, sin embargo, dadas las circunstancias por las que atravesamos a nivel global, la capacidad de almacenamiento está alcanzando su límite, pues la demanda continúa a la baja y, finalmente, hay una negativa a quedarse con el petróleo en la fecha de entrega prevista. El movimiento técnico llevó a los operadores a deshacerse del activo.
Gabriela Siller, Directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base, señaló que los operadores que tienen dichos contratos se encontraban con el cierre de sus posiciones, pues de lo contrario, tendrían que aceptar esa entrega física del petróleo o migrar al siguiente contrato, el cual cotiza además por encima del actual, lo que les orillaría a pagar para continuar con los contratos.
La menor afectación sobre el crudo Brent se debe a que sus contratos tienen fecha de aplicación en junio, mes en el que se estima que ya podrá haber un desbalance menor entre oferta y demanda, además de que no enfrenta graves problemas de almacenamiento.