Saudi Aramco ha anunciado planes para incrementar su nivel de endeudamiento y centrarse en el «valor y el crecimiento» de sus dividendos a largo plazo. Según Ziad Al-Murshed, director financiero de la compañía, esta estrategia busca optimizar la estructura de capital y reducir el coste medio ponderado del capital, sin afectar la política de dividendos.
En 2024, Aramco pasó a una posición de deuda neta por primera vez en dos años, debido al pago de un dividendo significativo. La compañía planea recurrir regularmente al mercado de bonos para emitir deuda, lo que le permitirá ampliar su base de inversores. Este año, Aramco regresó al mercado de deuda después de tres años de ausencia, con dos emisiones de bonos que sumaron un total de 9,000 millones de dólares.
La primera de estas emisiones, en julio, fue una oferta de bonos de 6,000 millones de dólares que tuvo una demanda superior a las expectativas, con una suscripción más de seis veces superior a la prevista. Más recientemente, en octubre, Aramco completó una emisión de bonos islámicos (sukuk) por 3,000 millones de dólares, que también registró una fuerte demanda, superando en seis veces la cantidad inicialmente ofrecida. Los sukuk, que son certificados financieros conformes con la ley islámica, representan la propiedad parcial de un activo y son una alternativa a los bonos convencionales.
A pesar de los desafíos en el mercado, como la caída de los precios del petróleo y la debilidad de los márgenes de refino, Aramco ha mantenido su política de dividendos. En el tercer trimestre, la compañía experimentó una caída del 15,4% en sus beneficios en comparación con el año anterior, pero continuó distribuyendo su dividendo trimestral de 31.100 millones de dólares. El director financiero de Aramco subrayó que la firma se compromete a ser progresiva con sus pagos de dividendos a lo largo de los años, lo que ha sido posible gracias a su flujo de caja libre.
El mayor accionista de Aramco es el gobierno de Arabia Saudí, con una participación directa de aproximadamente el 81,5% de las acciones, mientras que el fondo soberano de inversión, el Public Investment Fund (PIF), posee el 16% restante. Los dividendos de Aramco son cruciales para financiar el programa económico Visión 2030 del príncipe heredero Mohammed bin Salman, que busca diversificar la economía del país y reducir su dependencia de los ingresos por petróleo.
A pesar de la caída en los ingresos, la política de dividendos de Aramco sigue siendo un pilar fundamental de las finanzas del Reino Saudí, y la compañía continuará con su estrategia de endeudamiento para mantener su crecimiento y sus compromisos a largo plazo con los accionistas e inversionistas.