Dentro del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 que fue entregado a la Cámara de Diputados para su aprobación, un propósito de importancia estratégica que definió la presente administración es el rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que vuelvan a operar como palancas del desarrollo nacional.
En ese espíritu, el documento indica que resulta prioritario rehabilitar las refinerías existentes, la construcción de un nuevo complejo y la modernización de las instalaciones generadoras de electricidad propiedad del Estado, particularmente las hidroeléctricas, algunas de las cuales operan con maquinaria de 50 años de edad y producen, en general, muy por debajo de su capacidad.
«Ambas empresas recibirán recursos extraordinarios para la modernización de sus respectivas infraestructuras y se revisará sus cargas fiscales», detalla el PND.
Mediante este plan también se buscará la rehabilitación de las plantas de producción de fertilizantes para apoyar a productores agrícolas, y se superarán mediante el diálogo los conflictos con poblaciones y comunidades generados por instalaciones de Pemex y la CFE, así como las inconformidades sociales por altas tarifas.
La nueva política energética del Estado mexicano impulsará el desarrollo sostenible mediante la incorporación de poblaciones y comunidades a la producción de energía con fuentes renovables, mismas que serán fundamentales para dotar de electricidad a las pequeñas comunidades aisladas que aún carecen de ella y que suman unos dos millones de habitantes.
«La transición energética dará pie para impulsar el surgimiento de un sector social en ese ramo, así como para alentar la reindustrialización del país», agrega el texto.