Durante su participación en el primer día de ENERGY MEXICO, Lourdes Melgar Palacios, Experta Internacional en Energía, e investigadora afiliada del Center for Collective Intelligence, MIT, dijo que el país está en un parteaguas donde venimos de varios años de haber tenido una convergencia, y ahora estamos empezando a ver cómo se empiezan a separar algunas de las piezas que hacían que conceptos como mercados integrados en América del norte fueran el motor de impulsar el desarrollo.
Dijo que los años de oro se dieron de 2014 a 2018, porque había una clara visión que buscaba la seguridad energética y crear precios competitivos para todos, así como la generación de empleo y la convergencia entre seguridad energética y el combate al cambio climático.
“De ahí que se dieran no solo políticas enfocadas al petróleo y gas y buscar esquemas para incrementar la producción particularmente en recursos que no se habían explotado plenamente hasta entonces, como las aguas ultraprofundas y recursos no convencionales, sin dejar de lado las renovables”.
Este es uno de los grandes cambios, porque se estima que al 2026 habría un cambio fundamental donde Estados Unidos sería un exportador neto de hidrocarburos y América del Norte como región, sería una región autosuficiente.
“Si bien en este esquema, México es el más rezagado por la declinación de la producción petrolera y los esfuerzos para relanzarla, lo que se ve es que los vehículos de integración que ya veíamos muy concretos particularmente en la integración de gas natural, refinación de petrolíferos, y la visión de trabajar conjuntamente hacia la mitigación de las emisiones, nos llevaría a lograr esta integración que eventualmente generaría un Centro de Energía en América del Norte que cambiaría el balance geopolítico mundial, y además llevando beneficios hacia Centroamérica”.
Lo anterior está en un proceso total de cambio, debido a la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo que implicó la renegociación del Tratado de Libre Comercio y el replantamiento de la política energética con un énfasis mucho mayor a la producción de hidrocarburos y a relanzar el uso del carbón, con la política climática dejada totalmente de lado.
Lordes Melgar lamentó que en México estamos viviendo una situación similar con el nuevo gobierno, que plantea que la Reforma Energética fue un fracaso, y se le adjudican cuestiones que no tienen que ver con la Reforma, como la declinación de la producción de petróleo, que es algo que ya existía y que Petróleos Mexicanos (Pemex) no tenía las herramientas para revertirlo.
“No es una cuestión solamente de inyectarle más dinero a Pemex, sino de tener las capacidades técnicas, financieras y de ejecución. La Reforma nunca buscó sustituir a Pemex, la Reforma buscó que los privados vinieran a complementar la actividad de Pemex. Creo que hay un problema en el diagnóstico que es olvidarnos que hubo una caída dramática del precio del petróleo que llegó a un recorte muy importante y que también hubo errores en la administración de Pemex pero eso no tiene que ver con el nuevo modelo, sino con decisiones del pasado”.
Decir que México ya no va a ir a aguas profundas y recursos no convencionales nos lleva a regresar a un pasado donde sabemos que eso no permite detener la caída. Por otro lado, estamos viendo un alejamiento de la política de mitigación al cambio climático y eso significa que México está pensando en construir una nueva refinería y alejarse de esquemas que propician las renovables.
Estamos viviendo un cambio muy importante, y el planteamiento que yo pondría sobre la mesa es si es el óptimo en términos del desarrollo para el país, para la generación de empleos, y para tener energía abundante a precios competitivos.