Según el informe «Horizons» de Wood Mackenzie, la exploración de petróleo y gas de alto impacto podría reducir las emisiones globales de alcance 1 y 2 en un 6% para 2030. A pesar de que la inversión en este sector ha caído dos tercios en la última década, el informe destaca que la exploración continúa siendo esencial tanto para la reducción de emisiones como para garantizar una fuente de energía asequible y limpia en la transición energética.
El informe «No hay país para campos viejos: Por qué sigue siendo necesaria la exploración de alto impacto de petróleo y gas» de Wood Mackenzie detalla que el mundo cuenta con un inventario de aproximadamente 3 billones de barriles equivalentes de petróleo (BEP), lo que se traduce en más de 45 años de reservas de petróleo y más de 60 años de gas. A pesar de la abundancia de recursos actuales, la exploración sigue siendo clave para mejorar la eficiencia y reducir la intensidad de carbono en la producción.
Según Andrew Latham, uno de los autores del informe, la exploración no aumentaría la demanda de petróleo y gas, pero sí contribuiría a reducir la intensidad de las emisiones y disminuir los costos de los combustibles para los consumidores. En los próximos años, los nuevos yacimientos que comenzarán a producir tendrán una intensidad de emisiones de 17 kg de CO2e/bpe, en comparación con los 28 kg de CO2e/bpe de los yacimientos más antiguos.
La exploración también presenta ventajas económicas, ya que se ha mostrado como una forma rentable de rejuvenecer las carteras de las empresas del sector. Desde 2015, la rentabilidad de la exploración ha sido consistentemente de dos dígitos, con una creación de valor neto de más de 160,000 millones de dólares.
El informe también señala que las aguas profundas representan una de las principales áreas de exploración futura, con un alto potencial en términos de volumen de recursos y una menor intensidad de emisiones. Los descubrimientos en aguas profundas en cuencas fronterizas pueden generar más de 80 millones de barriles por pozo, lo que supera significativamente los rendimientos de las zonas maduras.
A pesar de las oportunidades, la exploración enfrenta desafíos relacionados con la percepción pública de sus impactos ambientales. Wood Mackenzie subraya que, aunque la exploración sigue siendo vista negativamente por algunos sectores, su rol en la descarbonización y en el abastecimiento de energía limpia es fundamental para el futuro energético del mundo.
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