A través de una visión nacionalista para el sector energético, 2019 implicará un mayor control estatal y pondrá límites a la participación privada en el sector petrolero del país, esto implicaría un alejamiento a la Reforma Energética emprendida en 2013.
De acuerdo con Moody’s, un debilitamiento de los reguladores de petróleo y electricidad, como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) bajo la supervisión de la Secretaría de Energía pondrían fin a su independencia política.