El Presidente de Repsol, Antonio Brufau, visitó este lunes las instalaciones del Complejo Industrial de Cartagena con motivo del inicio de los trabajos de construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados de España.
Repsol invertirá 200 millones de euros en este proyecto que tendrá capacidad para producir 250,000 toneladas al año de biocombustibles avanzados como biodiésel, biojet, bionafta y biopropano, que se podrán usar en aviones, barcos, camiones o coches, y que permitirán reducir 900,000 toneladas de CO2 al año.
Las nuevas instalaciones, que entrarán en funcionamiento en el primer semestre de 2023, forman parte del proceso de transformación que Repsol ha puesto en marcha en sus complejos industriales para descarbonizar sus procesos y fabricar productos con baja, nula o incluso negativa huella de carbono.
El proyecto utiliza la economía circular como uno de los pilares estratégicos para acelerar en la transición energética y alcanzar el objetivo de Repsol de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050.
“Cartagena se va a consolidar con este proyecto como un centro de abastecimiento de productos fundamentales para el presente y para el futuro y en un ejemplo del compromiso de Repsol con la movilidad sostenible”, dijo Antonio Brufau.
Por su parte, el director de la refinería de Repsol en Cartagena, Antonio Mestre, ha destacado que la nueva planta “es un ejemplo tangible de economía circular que permitirá ofrecer soluciones de movilidad sostenible a todos los sectores de la sociedad, y un paso muy importante en la transformación del complejo industrial como polo multienergético”.
Repsol incorpora biocombustibles a sus carburantes de automoción desde hace más de dos décadas. Ahora da un paso más y, empleando como herramienta la economía circular, producirá biocombustibles avanzados a partir de distintos tipos de residuos de la industria agroalimentaria y otros, como aceites de cocina usado. De esta forma, Repsol consigue dar una segunda vida a residuos que de otro modo acabarían en un vertedero y los transforma en productos de alto valor añadido.
Los biocombustibles avanzados son una solución sostenible para todos los segmentos de la movilidad, y especialmente para aquellos que no cuentan con otra alternativa para descarbonizar su actividad, como el transporte marítimo, de larga distancia o la aviación. Con ellos es posible reducir entre un 65 y un 85% las emisiones netas de CO2 respecto a los combustibles tradicionales a los que sustituyen. Repsol se apoya en la economía circular, como uno de sus pilares estratégicos, para fabricar productos con baja, nula o incluso negativa huella de carbono. El objetivo es producir dos millones de toneladas de biocombustibles de baja huella de carbono en 2030, que mitigarán más de siete millones de toneladas de CO2 anuales.