Citi ha ajustado a la baja el precio objetivo de Repsol, pero continúa confiando en la amplia capacidad financiera de la empresa para reposicionar su negocio en el contexto de la transición energética. Se prevé que Repsol se convierta en un actor industrial clave, enfocándose en áreas como la bioenergía, el reciclaje químico y una oferta multienergética creciente para clientes minoristas.
El precio objetivo se basa en una valoración de flujo de caja descontado (DCF), considerando supuestos macroeconómicos como un precio de 80 dólares por barril en 2024 y 55 dólares por barril a largo plazo, junto con una proyección de precios en refinación y productos químicos a mitad de ciclo a partir de 2026, además de un tipo de cambio EUR/USD de 1.11.
No obstante, Citi también advierte sobre varios riesgos que podrían afectar esta inversión. Los ingresos de Repsol son sensibles a los cambios en los márgenes de refino y en los precios del petróleo y el gas natural, que pueden fluctuar significativamente debido a factores económicos y geopolíticos. Asimismo, los movimientos en la divisa EUR/USD tienen un impacto casi directo en las ganancias por acción de la empresa, dado que sus principales ingresos y costos se expresan en dólares estadounidenses.
Además, las decisiones políticas en los países donde opera Repsol pueden influir en su estructura legal, capacidad fiscal y ritmo de desarrollo. Por último, los desastres naturales o industriales pueden afectar gravemente sus operaciones, resultando en costos adicionales y restricciones futuras.
Si el impacto de estos riesgos resulta ser más negativo o menos negativo de lo anticipado, el precio de las acciones de Repsol podría no alcanzar o superar el precio objetivo establecido.