RWE y sus socios John Cockerill construirán conjuntamente una instalación de pruebas en Alemania que optimizará una etapa clave en el proceso de convertir los desechos domésticos en hidrógeno.

La instalación, llamada planta de torrefacción, se construirá en el centro de innovación de RWE en Niederaußem (Alemania) y probará la producción de pellets de materia prima a partir de residuos, que se utilizarán en la innovadora iniciativa FUREC de conversión de residuos en hidrógeno de la empresa. RWE invertirá 3 millones de euros en la planta piloto, que está previsto que esté operativa en julio de 2022.

En el corazón de la nueva planta en Niederaußem se encuentra el horno NESA Multi-Hearth (MHF), una tecnología suministrada por John Cockerill Environment. En este horno, los residuos de pellets serán tostados (torrefactos) de tal manera que se puedan moler en polvo y convertir en hidrógeno y CO 2 en un proceso térmico posterior bajo exclusión de aire.

La planta piloto se está construyendo en el Centro de Innovación RWE en Niederaußem porque la empresa ya cuenta con la tecnología para generar y almacenar gases allí. La instalación es el siguiente paso en el desarrollo del proyecto FUREC de RWE (Fuse Reuse Recycle), una planta de reciclaje de productos químicos a gran escala en el parque industrial Chemelot en Limburg, en los Países Bajos.

Allí, RWE planea producir hidrógeno circular y verde y CO 2 para la industria química a partir de desechos municipales. En el proceso, FUREC reciclará el hidrógeno y el CO 2 que normalmente se escapan a la atmósfera cuando los desechos se incineran o se depositan en vertederos. Debido a que muchos de los desechos utilizados como materia prima serán de origen orgánico (por ejemplo, textiles, papel), el 50% del hidrógeno reciclado de esta manera será verde. El resto se considera hidrógeno circular porque se recupera de los residuos plásticos y se utiliza industrialmente. De esta forma, permanece en el ciclo material.

Al utilizar corrientes de desechos como sustituto del gas natural en la producción de hidrógeno, FUREC reducirá el uso de gas natural en Chemelot en más de 200 millones de metros cúbicos por año. Esto es comparable a la demanda anual de gas de aproximadamente 140,000 hogares y da como resultado una reducción anual de CO 2 de 380.000 toneladas. El CO 2 liberado en el proceso puede almacenarse en el futuro a través de CCS, lo que genera emisiones negativas. Además, puede utilizarse como materia prima (carbono verde) en Chemelot o enviarse a través de oleoductos a países como Rotterdam o el área del Ruhr alemán.

Actualmente, RWE sigue desarrollando el proyecto holandés FUREC y ya ha comenzado con los procedimientos de licencia necesarios. La compañía apunta a tomar una decisión final de inversión para FUREC en 2023. RWE está discutiendo la posible venta futura de hidrógeno con la compañía OCI NV, que opera una planta de producción en Chemelot. El hidrógeno permitiría a OCI hacer su cadena de producción más sostenible y contribuir a la producción circular de alimentos.

Christophe Cassant, CEO John Cockerill Environment: “Este proyecto es un ejemplo de cómo las tecnologías de John Cockerill Environment responden a los desafíos del mañana. Estamos orgullosos de participar en el proyecto FUREC de RWE porque ayudará a descarbonizar la industria y satisfacer las necesidades de nuestros clientes tanto en los Países Bajos como en Alemania. Nuestra tecnología de hornos MHF se utilizará en aplicaciones futuras que contribuirán activamente a reducir las emisiones de carbono”.