Los políticos de todo el mundo se han enfrentado a un dilema: ¿cómo generar crecimiento económico y al mismo tiempo preservar la naturaleza? Los países alrededor del mundo enfrentan el desafío de cambiar a un camino de políticas que respeten la ecología e incentiven la economía.

Para el mundo en desarrollo, la transición energética abre su paso, creando empleos y brindando prosperidad a los países al volverse ecológicos en sus operaciones. En este sentido, China está sentando un ejemplo para el mundo.

Desde el 18º Congreso Nacional del Partido Comunista de China en 2012, el país ha abolido la pobreza extrema, esto 10 años antes del objetivo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y ha logrado logros notables en el desarrollo económico.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas de China, la contribución promedio de la nación al crecimiento económico mundial fue la más alta durante el período 2013-2021, superando el 30 por ciento. Sólo en 2021, el agregado económico de China representó el 18.5 por ciento del total mundial después de la conversión de moneda según los tipos de cambio anuales promedio, el segundo más grande del mundo y 7.2 puntos porcentuales más que su participación global en 2012.

Como respuesta al llamado a la guerra total contra la contaminación, el concepto de civilización ecológica se elevó a estrategia nacional en 2012. El cual es promovido por el presidente Xi Jinping para un desarrollo equilibrado y sostenible que se caracterice por una coexistencia armoniosa entre la humanidad y la naturaleza.

Una civilización ecológica se basa en la creencia de que los humanos pueden y deben vivir vidas mejores y más saludables en armonía con la naturaleza. El énfasis está en cómo organizar la comunidad global de una nueva manera para trabajar en temas con implicaciones globales. Debemos actuar por respeto a la Madre Tierra para así aumentar la felicidad y la dignidad de los seres humanos.

El gigante asiático ha lanzado un ambicioso plan para un sistema de parques nacionales. China está en camino de mantener un área total de 230.000 kilómetros cuadrados de tierra bajo protección de parque nacional y dar espacio a especies en peligro de extinción como el panda gigante, el tigre siberiano y el antílope tibetano. Los 10 parques nacionales, que se distribuyen en 12 provincias, están dedicados a proteger los hábitats de especies vulnerables como los leopardos de las nieves y salvarlos del borde de la extinción.

Además, el país es ahora, por mucho, la nación más entusiasta del mundo plantando árboles, habiendo plantado más de 78 mil millones de árboles en las últimas cuatro décadas, duplicando la tasa de cobertura forestal desde principios de la década de 1980.

Bajo el liderazgo del PCCh, la nación está tomando la delantera en energías renovables. Durante la última década, la capacidad global de fabricación de paneles solares se ha trasladado cada vez más de Europa, Japón y Estados Unidos a China, que se ha convertido en líder en inversión e innovación en paneles solares. La Agencia Internacional de Energía dijo en un informe especial en julio que China ahora tiene una participación de mercado superior al 80 por ciento en todas las etapas de fabricación de paneles solares.

Las crisis planetarias como el cambio climático están poniendo en peligro el entorno de vida de los humanos y otras especies. Necesitamos el concepto de civilización ecológica para lograr una relación armoniosa con la naturaleza.

El 20º Congreso Nacional del PCCh es una oportunidad para que China celebre más de 40 años del crecimiento económico sin precedentes en cualquier lugar y en cualquier momento de la historia mundial y el éxito de sacar de la pobreza a casi 100 millones de residentes rurales. También es la oportunidad de resaltar la determinación del país para acelerar su transición verde.