Empresas estadounidenses están desarrollando nueve proyectos de licuefacción de gas en México, con el objetivo de exportar este recurso a Europa y Asia. Estos proyectos, localizados en las costas del Pacífico, ofrecen una ruta más barata y menos conflictiva que las alternativas en territorio estadounidense. Sin embargo, colectivos ambientalistas han advertido sobre los graves riesgos para los ecosistemas y comunidades locales, particularmente en el Golfo de California, conocido por su alta biodiversidad.
Entre los proyectos destaca Saguaro Energía, en Puerto Libertad, Sonora, una planta de licuefacción de gas fósil cuyo tamaño es 70 veces el del Estadio Azteca y producirá hasta 2,800 millones de pies cúbicos de gas al día. Este proyecto, junto a otros como Amigo LNG en Guaymas, Sonora, y Vista Pacifico LNG en Topolobampo, Sinaloa, pone en peligro a especies marinas como ballenas y tortugas, señalaron organizaciones civiles en una conferencia de prensa reciente.
El Golfo de California alberga el 39% de los mamíferos marinos del mundo, más de 12,000 especies de flora y fauna, y es considerado patrimonio de la humanidad por la Unesco. A pesar de esto, la expansión de estos proyectos gaseros en territorio mexicano continúa debido a las dificultades para instalarlos en Estados Unidos, donde enfrentan resistencia social y política.
Con el respaldo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), estas plantas buscan aprovechar el gas extraído en Estados Unidos a través del fracking.
Activistas y organizaciones ambientalistas han lanzado la campaña «¿Ballenas o Gas?» para frenar el avance de estos proyectos y proteger el Golfo de California.
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