Por Jaime Brito
El mercado petrolero internacional ha tenido ciertamente un año complicado, pero, por increíble que parezca, es posible que la parte más volátil y difícil aun esté por llegar. El final del 2020 podría llegar aun con varias sorpresas que impactarían los precios internacionales del crudo y refinados.
Y aún más, la forma en que el mundo petrolero podría cambiar estructuralmente después del COVID tiene el gigantesco potencial de modificar las cadenas de suministro, los rendimientos económicos en incluso la geopolítica y economía mundial hacia el 2050. Estamos al borde de uno de los cambios socioeconómicos más importantes en la historia y si tiene usted un negocio en el sector debe estar preparado para lo que viene.
Esta es la primera de dos partes en donde exploraremos las implicaciones de corto y largo plazo que nos ha dejado la pandemia. Primero es importante que exploremos qué ha pasado y la forma en que el mundo petrolero ha encontrado un nuevo equilibrio hasta la llegada de este último trimestre, para explorar después qué variables van a pegar más en los precios en estas últimas semanas del año.
La maldita primavera
Los precios internacionales del crudo Brent se movieron de los $65/bl hacia los $25/bl en unas semanas, la demanda mundial de refinados cayó entre 40% y 60% en algunos países; el precio de exportación para el crudo Maya se movió a territorio negativo por unos momentos en abril (también por culpa de un componente no adecuado en su fórmula de precios, por cierto), la demanda de turbosina cayó al suelo por varios meses, los EEUU dejaron de producir casi 3 millones b/d de crudo. Esto fue el inicio del 2020 para el mercado petrolero.
La transición entre marzo y abril será recordada por ser un gran periodo de incertidumbre en el mercado internacional, aunque la pandemia ha impactado todo el año y en diferentes momentos cada región del mundo. La aplicación de restricciones tipo “quédate en casa” tumbó la demanda de refinados, y con ello, los precios, los cuales forzaron la reducción de refinación y de producción petrolera en ciertos países, dependiendo del tipo de reservas.
Después de confinamientos implementados en diferentes momentos a nivel mundial, poco a poco la actividad económica se ha ido recuperando en grados diversos dependiendo de cada país. Los incentivos económicos y fiscales que se han ofrecido en la gran mayoría de los países del mundo a empresas y familias (incluyendo a la India, Brasil, Arabia Saudita, Colombia, Chile, además de los obvios como EEUU, China, o toda la Unión Europea) han permitido la recuperación relativamente aceptable del consumo entre agosto y septiembre.
Sin embargo, el mundo aún no ha pasado por un invierno completo en el hemisferio norte bajo la presencia del COVID. La gran fuente de volatilidad que podremos ver de aquí a diciembre y durante el resto del invierno será del lado de la demanda. Dependiendo de cómo responde la oferta y los pisos de remate en donde se hacen transacciones de contratos de futuros, tendremos movimientos de precios que podrían ser más fuertes aun de lo que hemos visto.
Vámonos por partes:
- Una cantidad gigantesca de personas sentirán síntomas que podrían parecer de COVID pero en realidad sean gripa o influenza comunes. Este sería el reto más grande, ya que va a ser muy disruptivo para la continuidad de los negocios, escuelas, entidades de gobierno. El consumo va a dar grandes bandazos esta última parte del año, y eso moverá los precios de crudo y refinados. La solución es hacer disponibles pruebas de COVID de manera más general a nivel mundial, para que las personas puedan descartar de inmediato sus casos y el nivel de ansiedad en mercados financieros y económicos sea manejable.
- Como respuesta a estos bandazos del lado de la demanda, el principal punto donde la oferta puede “responder” es en el cartel extendido de la OPEP+. En su último acuerdo este cartel decidió incrementar su producción hacia agosto en dos millones de b/d y dejar así su oferta durante el resto del 2020. Va a ser necesario que la OPEP+ anuncie una corrección de este acuerdo, para reducir de nuevo su producción en 9.7 millones b/d (el recorte que se implementó durante mayo-julio) o en algún número parecido. Si la OPEP+ no anuncia un nuevo recorte, los precios del crudo podrían disminuir de nuevo, ya que su plan de abril no reconoce el tema estacional del COVID en clima frío.
- Como los participantes de los pisos de remate que compran y venden contratos de petróleo reaccionen también es importante, ya que, en un complicado mecanismo, el precio de futuros del Brent impacta al precio spot, y eso se transmite en todas las fórmulas de precio a nivel mundial. Los traders financieros estarán monitoreando la evolución de las elecciones en los EEUU, los conflictos geopolíticos pendientes entre EEUU y China, Irán, Venezuela, -que a su vez podrían ser volátiles dentro del contexto de las elecciones mismas en EEUU-, así como las noticias corporativas de empresas que deciden despedir empleados, que reportan resultados negativos, etc. En fin, no se puede tener un mercado más volátil.
Hoy voy a cambiar
Además de todo esto, durante este extraño 2020 hemos visto a varias empresas internacionales anunciar sus planes de largo plazo, en donde expresan sus objetivos de alcanzar metas de bajas o cero emisiones de gases de invernadero para el año 2050. Los planes han sido diversos, y hay quienes anuncian incluso que de plano van a enfocar sus inversiones y negocios en energéticos renovables, saliendo del negocio del petróleo por completo.
Ciertamente el calentamiento global es un tema importante, y se aplaude cualquier esfuerzo para controlar las emisiones por quema de gas en pozos petroleros, disminución de contaminantes por refinación, entre otros temas. Pero, el dar estos mensajes precisamente en el peor momento que el mercado petrolero ha visto en últimas décadas da un golpe adicional al sector en varios aspectos.
¿Se acuerda que mencionamos a los participantes en pisos de remates y los contratos de futuros? Pues estos mismos traders pueden comprar hoy un contrato de futuros de crudo Brent con entrega en un mes del particular en el 2025, o 2027, o incluso hasta febrero del 2031, por ejemplo. De hecho, así es como funciona este instrumento de inversión, y muchos traders son tenedores de contratos que expiran de aquí a varios años adelante, y estos se compran o venden en todo momento, con una diferencia diaria de precios.
Pues, con estas noticias recurrentes que mandan el mensaje de que el mercado petrolero ya no sería prioridad para varias de las grandes petroleras se podría crear un escenario en donde los participantes del sector financiero se dediquen sobre todo a vender contratos de futuro, al precio que sea. Esto generaría una estructura de precios de futuros en donde, cada mes en el tiempo el precio es más bajo, lo cual reduciría financiamiento, así como la construcción de inventarios comerciales de crudo y refinados, y también reducir la factibilidad financiera de inversiones de largo plazo y proyectos que varias empresas que no han cambiado sus prioridades sí necesitan hacer.
Esto no es un tema menor, ya que implica un cambio radical en la forma como el mercado petrolero se ha conectado con el sector financiero y económico mundial.
Pero, eso es solamente una pequeña punta del iceberg. Los cambios que vienen hacia el largo plazo, en caso de llevarse a cabo tal cual como lo han anunciado algunos planes de ciertas empresas, implican otro tipo de cambios mucho más gigantescos. De eso hablaremos en la próxima entrega, así que vaya preparando las palomitas, y si se puede, lea la nota bien sentado, porque se podría ir de espaldas al leer lo que viene.
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¡Nos vemos en la próxima!
Jaime Brito
Vicepresidente, Stratas Advisors.