Edith Clarke (1883–1959), fue la primera ingeniera eléctrica estadounidense y especialista en análisis de sistemas de energía eléctrica.
Nació en una época en la cual las (muy escasas) mujeres con educación científica solían trabajar como “computadoras humanas”, asistiendo a los hombres en la resolución de complejas ecuaciones matemáticas.
Clarke, quien fue la primera mujer en titularse como ingeniero electrónico en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), se rebeló en contra de ese destino.
Graduada de Vassar College en Poughkeepsie, Nueva York, en matemáticas y astronomía, ingresó a AT&T como “computadora”. Donde participó en el diseño de la primera línea telefónica transcontinental de Nueva York a California.
Con gran pasión por la ingeniería, en 1918 ingresó a una maestría en ingeniería electrónica en MIT.
Tras su graduación en 1919 encontró trabajo en GE en Schenectady. Durante la acelerada electrificación de los Estados Unidos, Clarke patentó su primer invento, una “calculadora gráfica” para facilitar la resolución de problemas complejos de transmisión de energía en distancias de 400 km.
Sin embargo, título de MIT no bastó para salir de las filas de las mujeres computadora “que calculaban fuerzas mecánicas en turbinas de alta velocidad”, por lo que en 1921 viajó a Egipto y después ingresó al Colegio de Mujeres de Estambul como profesora de física.
Clarke regresó a GE en 1922, esta vez como ingeniero, convirtiéndose en la primer mujer contratada profesionalmente como ingeniero electrónico en los Estados Unidos. A la par, Clarke se unió a la American Institute of Electrical Engineers, siendo la primera mujer en presentar un ensayo al que tituló “Estabilidad en sistemas de cálculo de transmisión mediante circuitos equivalentes o diagramas circulares” y, más adelante, la primera con derecho completo a voto.
Clarke pasó los siguientes 25 años de su carrera en GE hasta su retiro en 1945, escribiendo ensayos sobre transmisión de energía, tema crucial en un mundo industrial en el que la electricidad era vital.
Fue la primera persona en publicar un análisis matemático de líneas de transmisión superiores a los 485 km. También resolvió cómo usar un analizador para obtener datos de las redes eléctricas, podría decirse que éste fue el primer paso para el desarrollo de las redes inteligentes.
En enero de 2015, Clarke obtuvo un reconocimiento más al ser elegida para ingresar al National Inventors Hall of Fame (NIHF), un grupo selecto de alrededor de 500 ingenieros y científicos cuyos logros tecnológicos cambiaron la historia de los Estados Unidos y del mundo.