Tras la invasión de Ucrania, los precios del petróleo superaron los 100 dólares por barril. Estados Unidos, que sufre una inflación del 7.9 por ciento, anunció diversas sanciones contra el gobierno de Rusia. Prohibió la importación de petróleo, gas y carbón.
Para evitar afectaciones en el suministro de combustibles en Estados Unidos y debilitar la posición de Putin en América Latina, el gobierno de Biden se planteó disminuir las restricciones económicas en Venezuela para que el país Latinoamericano incremente sus exportaciones de petróleo.
A principios de marzo, funcionarios de la administración de Biden viajaron a Caracas, Venezuela, para reunirse con el gobierno de Maduro. El gobierno estadounidense reconoció que uno de los objetivos de la comitiva era discutir la seguridad energética tras las sanciones contra Rusia. El director del Consejo de Seguridad Nacional para el hemisferio occidental, Juan González, y el enviado presidencial especial de Estados Unidos para asuntos de rehenes, Roger Carstens, se trasladaron a la capital venezolana.
En Estados Unidos, las acciones de Biden provocaron el descontento. El senador Marco Rubio criticó la visita de los funcionarios: “La Casa Blanca ofreció abandonar a aquellos que buscan la libertad de Venezuela a cambio de una cantidad insignificante de petróleo”, dijo el republicano. Además, el senador Bob Menéndez acusó al gobierno de Biden de negociar con un dictador: «las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano valen mucho más que unos pocos miles de barriles de petróleo».
En tanto, Nicolás Maduro celebró las conversaciones con Estados Unidos: «Como le dije a la delegación estadounidense, reitero toda nuestra voluntad para que, desde la diplomacia, desde el respeto y desde la esperanza de un mundo mejor, avancemos en una agenda que permita el bienestar y la paz», dijo el mandatario días después de la reunión.
Durante la reunión, Nicolás Maduro solicitó que se levantaran las sanciones contra Venezuela. Los funcionarios de ambos gobiernos buscaban medidas inmediatas, de acuerdo con reportes de medios de comunicación estadounidenses. Se discutió que el petróleo venezolano ingrese a mercados de consumo que se vieron afectados por las sanciones contra Rusia. También, se planteó que Petróleos de Venezuela (PDVSA), la compañía energética estatal, acceda al sistema SWIFT y realice transferencias bancarias internacionales. Se buscó que el gobierno de Maduro liberara a dos de los nueve presos estadounidenses en Venezuela.
De la misma manera, se planteó que Nicolás Maduro reanude las negociaciones con la oposición venezolana.
Luego de las reuniones, el gobierno venezolano liberó a dos estadounidenses presos en el país: Gustavo Cárdenas, un ejecutivo que trabajó en la petrolera estatal, y Jorge Alberto Fernández, acusado de terrorismo. La administración de Biden negó que la liberación de los presos estuviera relacionada con la visita de sus funcionarios a Caracas.
“Estos hombres son padres que perdieron tiempo valioso con sus hijos y con todos los que aman y sus familias han sufrido cada día de su ausencia. También recordamos los nombres y las historias de todos los estadounidenses que están siendo retenidos en contra de su voluntad en Venezuela, Rusia, Afganistán, Siria, China, Irán y en otros lugares por todo el mundo”, dijo Biden en un comunicado.
Chevron y sus operaciones en Venezuela
Tras los rumores de que Biden plantea relajar las sanciones contra Venezuela, Chevron, compañía energética estadounidense, se prepara para incrementar los suministros de crudo venezolano y retomar el control de sus operaciones en el país. Según la agencia Reuters, la empresa energética reunió a un equipo comercial para iniciar conversaciones sobre el tema venezolano. Chevron busca expandir su presencia en cuatro compañías que mantiene junto a PDVSA.
Chevron pidió al gobierno estadounidense una licencia para ampliar su presencia en las empresas venezolanas. Sin embargo, la administración de Biden respondió que las acciones dependen del gobierno de Maduro. La compañía pretende recuperar la producción y el control sobre las exportaciones de crudo. Desde el 2019, Chevron, como consecuencia de las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos contra Venezuela, ha delegado la toma de decisiones dentro de sus activos venezolanos.
En 2016, antes de las sanciones, las empresas conjuntas de Chevron y PDVSA producían 2.3 millones de barriles por día (bpd). En febrero de 2022, las compañías produjeron apenas 755 mil bpd. La falta de financiamiento mermó las operaciones de estos activos. Para abril, Chevron planea revitalizar sus inversiones en Venezuela.
De acuerdo con la agencia Reuters, el gobierno estadounidense ha comenzado a redactar una licencia para que Chevron tenga un papel más activo en sus empresas venezolanas.
Donal Trump y sus sanciones contra Venezuela
En 2019, Donald Trump impuso sanciones a las exportaciones de petróleo venezolano. En ese mismo año, tras la reelección de Nicolás Maduro, Estados Unidos cerró su embajada en Venezuela y retiró a diplomáticos. Además, a las compañías estadounidenses se les prohibió hacer negocios en el país latinoamericano. Estados Unidos prohibió a Venezuela intercambiar petróleo crudo por combustible diésel refinado. Venezuela, antes de las sanciones, exportaba a Estados Unidos la mayor parte de su crudo. De acuerdo con The New York Times, un incremento en la producción de petróleo venezolano podría reemplazar el suministro proveniente de Rusia y afectar la economía de este país, ya que sería más fácil que Estados Unidos y Europa acrecentaran las medidas contra el sector energético ruso.