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La crisis del Caribe: Cuba y sus problemas de combustible

Por Mikhail Smyshlyaev
Instituto para el Desarrollo de Tecnologías de Combustibles y Energía (IRTTEK)

La reciente noticia de que el combustible, incluidos la gasolina y el gasóleo, subirá un 500% en la Isla de la Libertad conmocionó a los cubanos. Ya lo creo: sólo unos pocos podían permitirse el combustible, y ahora se convertirá en un artículo de lujo, además de arrastrar los precios de otros servicios y productos. Los propios cubanos se han acostumbrado a adaptarse a cualquier situación a lo largo de los años, y los que no, se han marchado a otros países.

Antes del conflicto armado en Ucrania y el endurecimiento de las sanciones contra el sector del petróleo y el gas de Venezuela, el sector cubano del combustible se sentía relativamente equilibrado. Los amigos ayudaban, y de alguna manera era posible llegar a fin de mes. 

Pero entonces ocurrió algo que afectó inmediatamente a la economía cubana, que se contrajo un 2% el año pasado y la inflación alcanzó el 30%. En abril de 2023, Díaz-Canel atribuyó la crisis del combustible al incumplimiento de sus obligaciones por parte de los países que suministran petróleo a la isla. En otras palabras, como siempre, la culpa es de factores externos.

Las autoridades cubanas decidieron actuar. Se diseñaron una serie de medidas que, como declaró el presidente Díaz-Canel, estimularían la economía y fortalecerían la Revolución y el Socialismo. «¿En qué país del mundo se pueden comprar nueve litros de gasolina por un dólar?» – se preguntó el primer ministro, Manuel Marrero Cruz. Las autoridades señalan el hecho de que Cuba tenía el combustible más barato del mundo, y supuestamente todos los cubanos están de acuerdo en que hay que subir los precios. Esto es difícil de creer. Pero lo cierto es que los pobres se harán más pobres y los ricos más ricos, como creen los propios lugareños.

Un aumento de los precios del combustible conducirá inevitablemente a un aumento de los precios de los servicios de transporte y, en consecuencia, de todos los productos, que ya abundan en la Isla de la Libertad. El ministro cubano de Transporte, Eduardo Rodríguez Davila, y la viceministra de Finanzas, Lourdes Rodríguez Ruiz, ya han anunciado un aumento de los precios del transporte de hasta el 700% para los trenes y del 300% para los billetes de avión y los autobuses interregionales.

De hecho, igual que los cubanos de a pie no podían permitirse el transporte motorizado, seguirán sin poder permitírselo. El 1 de febrero, el litro de gasolina normal pasará de 25 pesos cubanos (20 céntimos) a 132 pesos (1.10 dólares). El correspondiente aumento salarial está fuera de discusión.

Con los nuevos precios de la gasolina, incluso los usuarios de motocicletas pagarán la mitad de sus salarios sólo en las gasolineras.

Pero se puede intentar hacer dinero con los extranjeros, que es la idea principal de las autoridades cubanas. Tanto en las empresas extranjeras y sus empleados, como en los turistas, para los que se organizarán gasolineras especiales, hasta 28 en todo el país. Las autoridades afirman que el dinero obtenido de los turistas se destinará a comprar combustible para la población, que lleva mucho tiempo haciendo largas colas para obtener gasolina. Pero los cubanos de a pie no creen que todo el dinero se destine a estos fines y no acabe en bolsillos ajenos. Hemos estado allí – lo sabemos, como se suele decir.

Los economistas ya están convencidos de que estas medidas afectarán a los ciudadanos de a pie. El transporte privado se verá afectado, y el Gobierno ya ha advertido de un aumento del coste del transporte público. Dicho esto, el consumo de gasolina en Cuba ha aumentado en los últimos años, aunque lentamente. En 2021 se importaron 246.000 toneladas, y en 2022 esa cifra ascendió a 335.000. Pero, como decíamos, lo que pasó es lo que pasó. Y las «limosnas» puntuales de Moscú, que envió 500.000 toneladas de petróleo a la isla en 2022, no pueden corregir radicalmente la situación. Rusia está en una posición en la que no está para grandes gestos. Necesita dinero.

Además, La Habana no tiene dinero, no puede pagar el petróleo con azúcar, cigarros y ron. Mientras tanto, Díaz-Canel ya ha asegurado a la población que estas medidas «no afectarán al pueblo cubano». La población espera un aumento no sólo de los precios del combustible, sino también de la electricidad, que subirá un 25%. Si la población se recuperará de esto, lo sabremos muy pronto.

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