Por Jaime Brito, Vicepresidente, Stratas Advisors.
Por increíble que parezca, el 2022 podría ser potencialmente el año más complicado de los últimos tiempos, desde el punto de vista petrolero-energético y geopolitico, incluso más difícil de lo que hemos visto durante el 2020 y 2021. Durante los siguientes meses nos enfrentaremos muy seguramente a la posibilidad incluso de algún conflicto geopolítico grave, y ello podría impulsar los precios de los energéticos aun más al alza.
¿Quién se podría imaginar? hace apenas un par de años todos estábamos con vidas normales, asistiendo a eventos, obras de teatro, a reuniones. Todo normal. Y ya para diciembre del 2021 resulta que todos somos expertos en sobrellevar pandemias mundiales: con medidas de precaución que se aplican a la entrada de cada comercio, como la toma de temperatura o el uso de cubrebocas, vacunándonos o evitando aglomeraciones.
El saldo ha sido difícil y triste para muchos de nosotros que hemos perdido a gente cercana por causa de la pandemia. Así que el avance de las inmunizaciones a nivel mundial es definitivamente una excelente noticia.
Nos llegan recientemente alertas relacionadas con Ómicron, la nueva cara del COVID, cuyos efectos reales en el nivel de infecciones o resistencia a las vacunas aun se desconoce al momento de escribir esta nota, pero que podrían crear algún ruido adicional en el mercado petrolero del 2022.
Creemos sin embargo que aun con esta nueva cepa no veremos nuevamente restricciones de movilidad a nivel mundial, al menos no al grado que vimos a inicios de la pandemia. La razón es simple: un buen porcentaje de la población ya está vacunado, y además de ello, más restricciones de movilidad podrían traducirse en descontento social en diversos países.
Entonces, ¿cuál es el panorama para el 2022 que indica que podríamos tener un año especialmente difícil, desde el punto de vista geopolítico?. Vámonos por partes.
Primavera 0 – El Efecto Bola de Nieve en el Mercado Petrolero
Desde la primavera del 2020 el mercado petrolero internacional se ha ido lentamente adaptando al gran ajuste que implicó en su momento el tener una reducción de hasta 50% en el consumo (debido al primer “quédate en casa” mundial) y después poco a poco ver recuperación de la demanda de refinados. Sin embargo esta recuperación en el consumo no fue ni estable, ni predecible, ya que ha ido presentándose a bandazos: después de las primeras restricciones de movilidad vimos la segunda ola de infecciones (entre julio-agosto del 2020), y luego la tercera ola (entre enero 2021-marzo 2021).
De ahí en fuera hemos tenido diversos esfuerzos a nivel mundial para avanzar los programas de vacunación, que son tan diversos, avanzados o retrasados como cada país puede ser. En general, desde una perspectiva amplia, la respuesta mundial a la pandemia ha sido desorganizada y con grandes contratiempos (así como ver partidos de la selección Mexicana con el Tata Martino al mando, así de irregular ha sido la recuperación de la demanda a nivel mundial).
Y todo esto ha afectado seriamente al sector de Upstream, el que se dedica a la exploración y producción de pozos petroleros y de gas natural. Las empresas de los activos de Upstream redujeron de manera significativa sus actividades e inversiones desde que comenzó la pandemia. Y debido a la irregularidad del retorno de actividades, muchas de ellas no han aprobado aun rondas de inversión para retomar actividades.
Pero además… hay otros temas relevantes que jugarán un rol en el complicado 2022 que se nos acerca.
Para leer la columna completa, consulte la próxima edición de Global Energy.