Paola Martínez, directora de Comunicación y Responsabilidad Social de Iberdrola México
La oaxaqueña Natalia Ramírez enciende la luz de su casa emocionada. Por primera vez en su vida, puede iluminar de noche el hogar en el que convive con sus padres en la comunidad de Río del Sol, en el municipio de San Juan Guichicovi.
Según cifras oficiales, todavía hay cerca de dos millones de mexicanos que viven en hogares sin electricidad. Y esto, además de impedir actividades tan cotidianas como prender la luz, encender una televisión o cargar un celular, tiene implicaciones que pueden ser incluso peligrosas para la salud porque muchas de estas viviendas todavía utilizan leña o carbón para cocinar o calentar con estufas, lo que lleva a la muerte prematura de 1.3 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños.
Ante este contexto de pobreza energética, Iberdrola México, en alianza con Iluméxico, lanzó en 2019 su proyecto Luces de Esperanza, que ha llevado hasta la fecha energía eléctrica mediante paneles solares a comunidades rurales de la Huasteca Potosina y de Oaxaca que no tienen acceso a este servicio esencial.
El monto comprometido para este proyecto es de 80 millones de pesos y tiene como objetivo beneficiar a unas 12,000 personas para que tengan acceso a la electricidad mediante paneles solares y baterías en distintas regiones del país. Trabajar para asegurar un acceso universal a la energía implica un reto enorme, pero es esencial para el desarrollo de las comunidades más remotas del país.
BENEFICIAR A LAS FAMILIAS CON UN FIN MAYOR
Además de brindar energía limpia, la instalación de paneles solares en las viviendas -a cargo de la compañía- permite también un importante ahorro económico para familias de escasos recursos, que hasta ahora solían gastar hasta 500 pesos al mes en velas, gasolina y más fuentes fósiles para iluminar o calentar sus viviendas. En un país con más de 55.7 millones de pobres y actualmente con una inflación superior al 8 %, el asunto no es menor.
Nuestro país requiere de más iniciativas que fomenten el respeto al medio ambiente y generen un entorno positivo que mejore la calidad de vida de las personas. Con casi tres años desde el inicio de su implementación, Luces de Esperanza está detonando el desarrollo de las comunidades de una forma sostenible gracias al impulso de sus actividades productivas y el mejoramiento de la salud, la educación y la seguridad de sus habitantes.
Y aunque el desarrollo social es la prioridad de este proyecto, Luces de Esperanza también invita a una reflexión mucho mayor: ¿Qué tipo de país queremos en materia energética y en plena crisis climática?
Iberdrola México lleva décadas apostando a la generación de electricidad cada vez más limpia a través de fuentes renovables, siendo un referente en energía eólica y solar en el país. Y Luces de Esperanza conjuga el compromiso de lograr una sociedad más igualitaria con el propósito de reducir las emisiones contaminantes año con año, alineando a la compañía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Acerca de Iberdrola México
Con una plantilla de 1,300 colaboradores, el 99 % de ellos mexicanos, Iberdrola México contribuye al desarrollo energético del país desde hace 20 años. En la actualidad, tiene una capacidad instalada de más de 11,000 megavatios (MW) repartida en 27 centrales -ciclos combinados, cogeneraciones, parques eólicos y fotovoltaicos- ubicadas en 13 estados, de las cuales la mayoría suministra energía a clientes privados.