Safety Offshore of Mexico nació en 2003 en Tamaulipas y hoy mantiene actividad en distintas regiones del país. Miguel Angel Andrade Lara, subdirector comercial, explica que la empresa fabrica y comercializa equipo de protección personal para diversas industrias. “Fabricamos calzado industrial, overoles y ropa industrial”, señala.
La operación se coordina desde Mérida, donde se ubica el corporativo, aunque la compañía mantiene presencia en distintos mercados. La propuesta de Safety Offshore México se orienta a tres grupos principales: petroleras, industria y construcción. Andrade aclara que su mercado no se limita a grandes operadores del sector energético.
La empresa atiende clientes con altos requisitos de seguridad, desde operadores globales hasta compañías mexicanas con presencia consolidada. “No solo nos enfocamos en petroleras, sino en todo lo que implique seguridad. Hay productos que mantienen a salvo a cualquier trabajador, desde alguien en construcción hasta alguien que extrae petróleo”, comenta.
Los diferenciadores operativos
Ante la pregunta sobre qué deben buscar las empresas al seleccionar un proveedor de equipo de protección personal, Andrade lo resume en dos factores: cumplimiento normativo y capacidad de fabricación.
“La ley es muy clara. Para ingresar a un sitio de construcción, petrolero o industrial se necesita cumplir con ciertos requerimientos. La diferencia con otras empresas es que la mayoría de los productos que vendemos los fabricamos. No dependemos de un tercero”, afirma.
Esto incluye calzado industrial, ropa y overoles, mientras que productos como lentes, guantes o cascos se comercializan. La integración de la oferta permite que el cliente concentre sus compras. “Con nosotros se puede encontrar todo en un sitio y así se evita depender de varios proveedores”, puntualiza.
La base del suministro está en el cumplimiento normativo. Para el calzado industrial aplica la NOM-113, mientras que en sectores vinculados a hidrocarburos se atienden requisitos específicos. “No podemos vender calzado industrial sin entregar el certificado. Lo mismo con la ropa. Si digo que algo es industrial, lo tengo que comprobar”, señala.
El enfoque en producción propia impacta directamente en dos variables: precio y tiempos de entrega. “Muchos proveedores fallan cuando prometen cantidades que no pueden cumplir. Nosotros no dependemos de terceros. Lo que nos cuestan los materiales y la producción define el precio, por eso no es tan alto”, explica.
La capacidad de fabricar internamente evita retrasos y permite atender pedidos donde la disponibilidad inmediata es crítica para la operación de los clientes. Andrade resume el criterio de decisión de muchos clientes en dos elementos: costo y calidad.
“Puedes tener el mejor producto, pero si cuesta demasiado nadie lo va a comprar. Puedes tener el peor producto, venderlo una vez, pero si no cumples con la calidad no habrá una segunda o tercera compra”, concluye.






