Por Marcial Díaz Ibarra, Socio Director de QUA ENERGY CONSULTING
La publicación de los Reglamentos del Sector Hidrocarburos y de Planeación y Transición Energética marcó un punto de inflexión en la instrumentación de la reforma energética de marzo de 2025, y este lunes 6 de octubre comenzaron a concretarse los primeros actos regulatorios derivados de dicho andamiaje.
En el Diario Oficial de la Federación, la Comisión Nacional de Energía, México (CNE) dio a conocer dos disposiciones clave que definirán el nuevo marco operativo del sector:
- El Acuerdo por el que se publica el Formato Único de Solicitud para el Expendio al Público de Petrolíferos, instrumento que reemplaza los esquemas de trámite heredados de la extinta CRE y formaliza la digitalización de los permisos bajo la Oficialía de Partes Electrónica de la CNE. Este formato simplifica tiempos de respuesta, integra validaciones fiscales automáticas (RFC, opinión de cumplimiento SAT) y estandariza la información técnica, ambiental y social de las estaciones de servicio.
- El Acuerdo por el que la CNE deja sin efectos la regulación aplicable a las Ventas de Primera Mano y la regulación asimétrica de Pemex y sus filiales, con el cual se derogan las directivas y metodologías emitidas por la CRE entre 2014 y 2020. La medida da cumplimiento al Sexto Transitorio de la Ley del Sector Hidrocarburos y simboliza el fin del régimen asimétrico que buscaba equilibrar el poder de mercado de PEMEX frente a los privados, trasladando la supervisión al nuevo modelo de competencia regulada por la CNE.
El arranque de la arquitectura regulatoria
Ambas publicaciones confirman que la fase operativa de la reforma energética ya está en marcha. Los Reglamentos, publicados el 30 de septiembre, establecieron las bases jurídicas para que la CNE y la Sener asumieran las funciones regulatorias y técnicas que antes estaban distribuidas entre diversos órganos —entre ellos la CRE y la CNH—.
Con estas disposiciones, la autoridad inicia un proceso de reordenamiento administrativo que busca tres objetivos centrales:
- Simplificar trámites y homologar criterios entre los distintos eslabones de la cadena energética.
- Consolidar la supervisión de mercado bajo un solo ente rector.
- Establecer una plataforma digital unificada para permisos, reportes e información técnica.
Centralización y control
El nuevo papel de la CNE trasciende el aspecto burocrático: representa una reconfiguración institucional del modelo energético mexicano. La centralización de atribuciones permitirá —según el discurso oficial— una mayor coordinación interinstitucional y una visión sistémica de la política energética. Sin embargo, el reto está en equilibrar esa centralización con certeza jurídica, agilidad operativa y transparencia para los regulados.
Para las empresas del sector —desde estaciones de servicio hasta comercializadores y transportistas— este cambio implica revisar su cumplimiento regulatorio bajo el nuevo marco, actualizar documentación y anticipar los lineamientos que seguirán en semanas próximas, especialmente en materia de comercialización, almacenamiento y trazabilidad.
Conclusión
El 6 de octubre de 2025 marca el inicio de una nueva etapa de la regulación energética en México. Los actos publicados hoy en el DOF son más que simples ajustes administrativos: son las primeras piezas del nuevo rompecabezas normativo con el que la CNE buscará ordenar, supervisar y digitalizar el sector.
A partir de ahora, cada disposición publicada será un ladrillo más en la construcción de un modelo centralizado de gestión energética, donde el cumplimiento, la trazabilidad y la integración digital serán los ejes sobre los que girará el futuro de la política energética nacional.






