El Senado de la República aprobó la reforma a la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, que modifica el esquema fiscal aplicado a la explotación de petróleo y gas natural. La iniciativa establece un nuevo impuesto único denominado “Derecho Petrolero para el Bienestar”, con una tasa fija del 30% para la extracción de petróleo y del 11.6264% para el gas natural no asociado, en sustitución de tres derechos fiscales previos. La reforma fue turnada al Ejecutivo Federal para su publicación y entrada en vigor.
De acuerdo con la presidenta de la Comisión de Energía, Laura Itzel Castillo Juárez, la reforma busca mejorar las finanzas de la empresa productiva del Estado al simplificar su carga fiscal y operativa. La propuesta fue impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum con el objetivo de reducir la carga administrativa sobre la industria de los hidrocarburos.
Durante el debate legislativo, la senadora del PAN, Imelda Sanmiguel Sánchez, manifestó su rechazo a la reforma, argumentando que el uso del término “bienestar” en políticas públicas previas ha estado asociado a fracasos gubernamentales.
Con la aprobación de esta reforma, se modifica la estructura tributaria de la industria petrolera en México, eliminando el Derecho por la Utilidad Compartida y los Derechos de Exploración y Extracción de Hidrocarburos, para dar paso a un nuevo esquema de menor carga impositiva.






