El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes su intención de implementar una política que prohíba la construcción de parques eólicos durante su segundo mandato. Durante una conferencia de prensa en su resort Mar-a-Lago en Florida, Trump criticó severamente la energía eólica, calificándola como costosa y perjudicial para el medio ambiente y la fauna marina.
Trump destacó específicamente un proyecto de 200 turbinas frente a la costa de Nueva Jersey, desarrollado por EDF Renewables Inc. y Shell PLC, como ejemplo de los desarrollos que buscaría detener. También mencionó que esta política podría impactar otros proyectos de empresas como Avangrid Inc., Orsted AS, e Invenergy LLC.
El sector eólico en Estados Unidos enfrenta desafíos significativos. Según el director de GE Vernova Inc., la demanda de turbinas terrestres ha sido limitada, mientras que los proyectos de energía eólica marina han sufrido retrasos y cancelaciones debido a costos crecientes y problemas en la cadena de suministro.
Por su parte, defensores de la energía limpia, como el senador Ron Wyden, calificaron las declaraciones de Trump como un obstáculo para la independencia energética del país y señalaron que esta postura podría aumentar los costos de electricidad para los estadounidenses.