Por Marcos Ávalos *

Este artículo está elaborado estrictamente con opiniones
a título personal y de ninguna manera refleja el punto de
vista de la Secretaría de Economía.

Una parte del sector energético que históricamente ha estado en el olvido en materia de contenido nacional es el relativo a los Permisionarios, en especial, aquellos dedicados al expendio de petrolíferos en estaciones de servicio (gasolinerías).

No es poco lo que podemos decir cuando se trata de dimensionar el tamaño de la cadena de valor de este segmento, ni de lo que podríamos hacer en materia de contenido nacional y fomento a cadenas productivas.

Ahora que existe un mercado de gasolinas y diésel donde compiten varias marcas —muchas de ellas extranjeras— con presencia en otros países del mundo y que ya cuentan con un andamiaje de cadenas de valor globales, sin duda, el contenido nacional se vuelve un tema del mayor interés. Principalmente, porque este mercado implica, entre otras cosas, que muchos de los insumos necesarios tanto para la construcción como para la reconversión de estaciones de servicio son de origen extranjero, pese a que nuestro país ya cuenta con empresas que ofrecen esos bienes y servicios, que bien podrían cubrir esos insumos.

Lo anterior cobra mayor relevancia si consideramos la situación que actualmente viven muchas empresas, derivado de la pandemia por el COVID-19. Es crucial apoyar desde nuestra trinchera a las cadenas de proveeduría de estaciones de servicio por varias razones. Una primera es porque de ellas dependen empresas, principalmente PyMEs, que dan empleo a varios nacionales. Otra, no menos importante, es porque se requiere garantizar la continuidad en la entrega de los bienes y servicios que proveen, no solo para que las estaciones de servicio puedan seguir operando, sino para que puedan cumplir con sus obligaciones en materia fiscal, ambiental, laboral, y en general con la normatividad que les aplica.

Por ello y con el fin de conocer el terreno sobre el cual podríamos contribuir desde la Unidad de Contenido Nacional de la Secretaria de Economía, enlisto algunas reflexiones sobre cómo fomentar la permanencia y el desarrollo de las cadenas de proveeduría nacional de las estaciones de servicio:

 El mercado se ha diversificado

Durante 2017 la Comisión Reguladora de Energía (CRE) realizó un proceso de liberalización de los precios de gasolina y diésel en estaciones de servicio. En este proceso, se pasó de un modelo de precios controlados y de único proveedor (PEMEX) a uno de libre mercado y múltiples proveedores con marcas distinta a PEMEX.^[1] Como resultado de lo anterior, hoy contamos con cerca de cuarenta marcas de gasolinas y diésel distintas de PEMEX (muchas de ellas con presencia a nivel mundial como BP, ExxonMobil, Repsol, Chevron, Total, Gulf y Shell) que se venden en más de 2 mil estaciones de servicio (16% del total).^[2]

El número de permisos sigue creciendo

Contrario a lo que se piensa, el número de permisos de estaciones de servicio ha seguido aumentando a un ritmo similar al que había antes de la liberalización del mercado. Por ejemplo, como se puede ver en el cuadro siguiente, con base en información de la CRE, tenemos que en el período 2014-2017 hubo un aumento de 944 estaciones de servicio, mientras que en el período 2017-2020 fueron 927 nuevos permisos.^[3] Parte importante de la inversión de las estaciones de servicio (compra de insumos y equipos) corresponde a importaciones.

Conversión de estaciones PEMEX a otras marcas

Si bien es cierto que ha habido un aumento en el número de estaciones de servicio, la gran mayoría de las más de 2 mil estaciones de servicio que actualmente portan una marca distinta de PEMEX, ya existían antes de la liberalización del mercado. Es decir, la estrategia que han seguido las empresas privadas para ganar participación en el mercado mexicano ha sido la de convertir estaciones de servicio marca PEMEX a su propia marca. En este proceso, frecuentemente, las estaciones deben adquirir los equipos con la empresa de la nueva marca, los cuales, en su mayoría, son importados.

Las importaciones de petrolíferos van en aumento

Por diversas razones, antes de las medidas de confinamiento por la pandemia derivada del COVID-19, las importaciones llegaron a ser alrededor del 80% en el caso de la gasolina y del 90% en el caso del diésel.^[4] Adicionalmente, como parte de la liberalización del mercado de gasolinas y diésel, a partir de 2017 se permite la libre importación de estos combustibles. Esto significa que las marcas ya mencionadas pueden (y de hecho lo hacen) importar sus propios productos a través de su propia infraestructura, gran parte de la cual se monta con materiales y equipos importados.

Es posible que esta tendencia en las importaciones cambie una vez que se ponga en operación la nueva refinería de Dos Bocas y se concluyan las obras de rehabilitación de las refinerías del país, pero en tanto eso no suceda, seguirá estando latente la posibilidad de sustitución de empresas proveedoras nacionales por extranjeras.

Impacto por el COVID-19

Finalmente, una última reflexión tiene que ver con el impacto ocasionado por la pandemia por el COVID-19 en las cadenas de proveeduría de las estaciones de servicio, las cuales no son inmunes a los estragos ocasionados por la situación que se vive. Es importante recordar que todavía desconocemos el impacto y duración que la crisis pueda tener, aunque sabemos que podría destruir en poco tiempo lo que ha costado tanto construir.

Al respecto, representantes del sector han manifestado su preocupación por la viabilidad económica de varias empresas proveedoras, principalmente, Pymes.^[5] Además del hecho que significa la desaparición de una empresa proveedora, se corre el riesgo de que muchas estaciones de servicio que ya están instaladas dejen de operar de manera temporal por la falta de insumos, equipos y servicios.

Consideraciones finales

A raíz de estas reflexiones podemos concluir que es necesario apoyar a las cadenas de proveeduría de las estaciones de servicio por las siguientes razones:

• Generan una derrama económica importante en todo el país, ya que las estaciones de servicio se ubican a lo largo y ancho del territorio nacional.
• Son empresas con presencia desde hace tiempo en el mercado y cuya desaparición temporal o definitiva podría afectar la continuidad en la operación de las estaciones de servicio a las cuales proveen.
• La mayoría de las empresas en una situación de desventaja son Pymes, lo cual las vuelve vulnerables a las amenazas ocasionadas por la apertura del mercado que implica la sustitución de insumos nacionales por importados.

Por lo anterior, concluiría diciendo que ya es hora de poner atención en el contenido nacional en las cadenas de proveeduría de las estaciones de servicio para que —especialmente Pymes— puedan seguir teniendo una permanencia en el mercado.

[1] Comisión Reguladora de Energía. “Estrategia de flexibilización de los mercados de gasolinas y diésel”. Consultado el 08 de julio 2020. Sitio web: https://www.gob.mx/cre/articulos/estrategia-de-flexibilizacion-de-los-mercados-de-gasolinas-y-diesel

[2] Comisión Reguladora de Energía. “Permisos de Expendio de Petrolíferos en Estaciones de Servicio que Expenden Marca Distinta a Pemex”. Consultado el 08 de julio de 2020. Sitio Web: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/538734/Nuevasmarcasdeproductos.pdf

[3] Comisión Reguladora de Energía. “Permisos de Expendio de Petrolíferos en Estaciones de Servicio”. Consultado el 08 de julio de 2020. Sitio web: https://www.cre.gob.mx//documento/Expendioenestacionesdeservici.xlsx

[4] SENER. Sistema de Información Energética. Consultado el 08 de julio de 2020. Sitio web: http://sie.energia.gob.mx/bdiController.do?action=temas

[5] AMPES. “Covid-19 pone en jaque a Pymes que ofrecen servicio a gasolineras: Ampes”. Consultado el 08 de julio de 2020. Sitio web: https://ampes.mx/covid-19-pone-en-jaque-a-pymes-que-ofrecen-servicio-a-gasolineras-ampes/