Global Energy México estuvo presente en el desayuno de prensa que fue organizado por Rengen Energy Solutions para dar a conocer su balance final de este 2019 que, en palabras de Oscar Scolari Romero, CEO de la firma, fue un año difícil, puesto que la inversión privada se fue a pique y la pública fue mínima, por lo menos en el sector energético.
El directivo sostuvo que la nueva administración le ha quedado a deber al país, pues hoy se tienen las mismas necesidades de las cuales se hablaba a principios de año, no se han construido nuevas plantas de generación y las refinerías no se han reparado como es debido.
No obstante, puntualizó que, actualmente, Rengen participa en proyectos de generación distribuida en zonas específicas alrededor del país, particularmente, en plantas de 100, 70 y 50 megawatts. «Tenemos cuatro proyectos de generación distribuida que buscamos detonar, ya que es un camino al que consideramos importante seguir», reveló.
De igual manera, indicó que están incursionando en dos parques solares que se comenzarán a construir, tentativamente, en enero de 2020, además del proyecto Valle de México, en el que han trabajado por tres años con la propia Comisión Federal de Electricidad sin inversión de gobierno, ya que no existe asociación pública–privada.
A propósito de ello, externó que, a causa de los incumplimientos que en algún momento la CFE ha tenido que enfrentar, hoy ha tomado medidas de sobreprotección con respecto a todos los contratistas y «tal exageración está cerrando las puertas a aquéllos que sí han actuado correctamente».
Dijo que sus requisitos se han vuelto excesivos y, hasta cierto punto, inalcanzables. Explicó, para contextualizar, que en el caso del proyecto de San Luis, sólo para entrar en él, la administración solicita 10 millones de dólares en una carta de crédito, que para efectos de los contratistas mexicanos se traduce en un depósito en efectivo.
«Adicionalmente, si el proyecto vale 700 mdd, por poner una cifra, hay que entregar también el 20 por ciento como garantía de que se va a construir, requisito financiero que las empresas mexicanas difícilmente podemos cumplir», apuntó.
Al respecto, el Director de Operaciones, Óscar Scolari, señaló que los requisitos de las cartas de crédito, el sostenimiento de oferta, de garantías operativas y demás, se han vuelto tan elevados, que solo aquéllos con acceso a dinero muy barato, de economías de gran escala o con muchos proyectos alrededor del mundo, pueden acceder a esas cartas de crédito, ya sea con financiamientos extranjeros u otras sociedades. «El favorecimiento a empresas extranjeras no es el objetivo de esto, pero sí una consecuencia directa», aseguró.
El CEO de Rengen comentó que antes se pedían 500 megas de experiencia en ciclo combinado en plantas de 60 ciclos (que es lo que se utiliza en México), sin embargo, se le colocó una diagonal para considerar también las de 50 y, con ello, ha habido una rápida entrada de empresas chinas.
Al respecto, Oscar Scolari expresó que, si para participar en la construcción de uno de los ciclos combinados de CFE se exige una experiencia de más de 500 MW, se vuelve imprescindible establecer alianzas o sociedades con extranjeros para poder participar, pues no hay empresa mexicana que haya construido un ciclo combinado de mas de 500 MW hasta hoy.
Por su parte, Scolari Romero retomó que otro aspecto a tener en cuenta es que la Comisión ha emitido, recientemente, un documento en el que se deja claro que tiene la facultad de cancelar contratos en el momento que lo decida y por las razones que considere pertinentes, sin ir a ningún tipo de juicio.
Por tanto, reiteró que el acudir a un banco y pedir 10 millones de dólares para entregar en efectivo, más 140 millones de dólares para dar en garantía y otros 100 o 200 para la construcción de la planta, bajo la posibilidad de que el contrato sea cancelado sin la mediación de ninguna instancia, terminará de forma casi evidente en la negación del préstamo.
El Director General subrayó que esta situación es crítica y exhortó a la Comisión a recapacitar y darse cuenta de lo difícil que es para la empresa mexicana poder cumplir con tales lineamientos. «La opción que nos están dejando es volvernos, nuevamente, subcontratistas de empresas grandes o extranjeras. Aún así, para cualquiera es difícil tener que financiar una obra al 100 por ciento con sus respectivos costos adicionales y cobrar hasta la culminación».
El Director de operaciones reveló que han platicado con instituciones financieras que conocen del tema y se han acercado a CFE y Pemex para conocer la manera en que, bajo este marco, los proyectos podrán avanzar en favor de la seguridad energética, tomando en cuenta lo complicado que puede resultar sujetarse al mismo.
«Hay instituciones financieras que ya se han dirigido a las estatales para externarles que, si los contratos salen bajo esos lineamientos, no los podrán financiar, porque por más que tengan la voluntad de hacerlo, están reguladas por la Comisión Nacional Bancaria de Valores y no se pueden saltar la ley», insistió.
Para enfrentar la situación, Rengen ha diseñado una estructura con la que la firma puede adquirir el financiamiento, construir una planta, hacer que la Comisión Federal les pague con energía, en vez de dinero, y entonces monetizar dicha energía a través del mercado, lo que, incluso, abriría la posibilidad de generar nuevos megawatts.
«El primero de diciembre, el Presidente aseguró que en 2020 habrá muchas inversiones y detonarán proyectos importantes en el sector de petróleo y gas; nosotros esperamos con optimismo que así sea, pero las empresas mexicanas estamos teniendo que luchar para participar en el proyecto de nación, del cual evidentemente queremos formar parte, sin embargo, necesitamos certeza, dirección y claridad», enfatizó el CEO Oscar Scolari Romero.