La petrolera estatal venezolana PDVSA cargaba el lunes un superpetrolero con crudo y combustible para Cuba, mostraron documentos marítimos, un volumen inusualmente grande para ayudar a su aliado político a superar una crisis energética que ha provocado repetidos apagones.
Varias interrupciones eléctricas importantes este año han dejado a muchos en Cuba preocupados por el suministro este verano boreal, cuando los residentes encienden ventiladores y aires acondicionados para mantenerse frescos en el calor del Caribe.
Las autoridades cubanas han culpado a las dificultades para procesar crudo pesado cubano y a la escasez de combustibles en la isla, que depende en gran medida de las importaciones de Venezuela, por el suministro intermitente de energía.
Un gran incendio el año pasado destruyó una parte de la terminal petrolera más grande del país, Matanzas, y ha creado obstáculos para descargar importaciones de combustible.
El supertanquero de bandera panameña Nolan está cargando esta semana 400,000 barriles de fuel oil para generación eléctrica en la terminal de Jose, en Venezuela. Además tiene previsto cargar 1.13 millones de barriles de petróleo pesado venezolano, llevando el volumen total de la carga a 1.53 millones de barriles, según documentos marítimos internos de PDVSA. El barco zarpará más tarde este mes.
Cuba tiene una capacidad limitada para recibir grandes tanqueros, especialmente desde el incendio en Matanzas.
El Nolan se dirige a Matanzas, según muestra uno de los documentos, donde empresas estatales cubanas han estado descargando importaciones transfiriendo cargamentos a embarcaciones más pequeñas a través de operaciones de barco a barco.
Buscando evitar otra crisis propia de combustible, el suministro de petróleo de Venezuela a Cuba cayó el año pasado alrededor de un 6%, a 53.600 barriles por día (bpd), según datos independientes basados en movimiento de petroleros.
Nolan, propiedad de Thomarose Global Ventures Ltd, con sede en Nigeria, fue agregado en noviembre a la lista negra de entidades sancionadas del Departamento del Tesoro de Estados Unidos bajo acusaciones de formar parte de una red internacional de contrabando que facilitó el comercio de petróleo para Hezbolá y la Fuerza Quds, de Irán.
El transmisor del barco no ha emitido señal alguna desde mediados de diciembre mientras estaba en Venezuela, según los datos de monitoreo de buques de Refinitiv Eikon.