Aunque los riesgos de nuevos ataques de misiles y drones rusos siguen siendo altos lo peor para el sistema de suministro energético de Ucrania parece haber pasado pues el país se acerca a la primavera sin cortes de luz en casi ningún territorio.
Con la excepción de algunas regiones del frente como Jersón, Donetsk y Járkiv, que siguen bajo los ataques rusos, este miércoles no se esperaba ningún corte en Ucrania, donde la generación eléctrica, apoyada por las importaciones de Europa occidental, cubre completamente el consumo por décimo octavo día consecutivo.
«Ucrania derrotó el terror del invierno de Putin. Aguantamos el invierno más duro de nuestra historia. Ha sido frío y oscuro, pero fuimos irreductibles», dijo el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, quien subrayó como muchos ucranianos su gratitud a los especialistas en sistemas energéticos y a la defensa antiaérea en un mensaje con motivo del comienzo de la primavera según el calendario del país.
«Los planes de Rusia para destruir el sistema energético ucraniano han fracasado totalmente», coincide en opinar Volodímir Omelchenko, responsable de programas de energía del Centro Razumkov, un laboratorio de ideas con sede en Kiev.
Previamente Omelchenko había pronosticado a EFE que Rusia no sería capaz de sumir a Ucrania en la oscuridad total a pesar de que cerca del 50 % de sus sistemas energéticos y más de cuarenta subestaciones eléctricas resultaron dañadas en los ataques.
De tal modo que la mejora repentina de principios de febrero también le sorprendió.
Afirma que hay varias razones, incluidas las soluciones técnicas «originales», aunque «temporales» que encontraron los especialistas energéticos, para la mejora drástica de la situación. Los trabajos de reparación han contado con el apoyo de la llegada rápida de equipos desde más de treinta países, explica Omelchenko.
La generación aumentó en febrero además porque todos los reactores nucleares bajo control de Ucrania, un total de nueve, estaban funcionando. La generación hidroeléctrica ha aumentado gracias a la cantidad de reservas de agua, en niveles inusualmente elevados, y más horas de sol también ayudaron a incrementar la producción de energía solar.
Como consecuencia de ellos los ucranianos han podido empezar a prescindir de las baterías, las linternas y los hornos portátiles de gas después de varios meses de apagones, durante los cuales millones de consumidores solo tuvieron algunas horas de electricidad al día cuando los ataques rusos arreciaron entre noviembre y principios de febrero.
Los cortes impactaron a todas las regiones de Ucrania y pusieron en especial peligro a los mayores y a las personas enfermas mientras que resultaron afectadas sobre todo las grandes ciudades, con medios de transporte dependientes de la electricidad y edificios altos.
Miles de estaciones de suministro de calefacción, equipadas con generadores, alimentos y agua, fueron desplegadas por todo el país para proporcionar un lugar para calentarse, recargar las baterías y acceder a internet.
En Leópolis las calles comenzaron a tener más luz artificial pero todavía se pueden ver generadores en la entrada de algunos restaurantes y tiendas, preparados para ser utilizados si se reanudan los apagones. Las temperaturas están ligeramente sobre cero grados centígrados y la situación del sistema energético es «estable», según Omelchenko.
«Gran parte del sistema está gravemente dañado y puede que se repitan los cortes. La situación puede ser especialmente difícil a finales de abril o mayo, cuando los reactores nucleares tengan que entrar en fase de mantenimiento después de meses de sobrecarga», explica a EFE.
Según dijo esta semana a la agencia local RBC el portavoz de la inteligencia militar ucraniana, Andriy Cherniak, «la destrucción del sistema energético ucraniano» sigue siendo uno de los objetivos principales de Rusia.
Aunque Rusia puede que esté teniendo dificultades para fabricar misiles a la velocidad con la que los dispara sobre Ucrania se espera que haya más ataques así que mucho va a depender de la eficacia de los sistemas antiaéreos y la capacidad para reparar rápidamente los daños a la red eléctrica, declaró Cherniak.
Los componentes dañados y con exceso de carga en el sistema energético son también propensos a situaciones de emergencia, como sucedió en Odesa (sur), donde la mayor parte de los consumidores sufrieron apagones durante varias semanas por un accidente ocurrido en una subestación.
De momento, y durante más de cuatro meses de ataques un total de 255 drones y misiles han impactado contra objetos de la infraestructura energética de Ucrania, según datos de la oficina del Fiscal General.