La gobernadora Kathy Hochul ha promulgado una ley pionera que marcará un antes y un después en la lucha contra el cambio climático. A partir de 2028, las empresas de combustibles fósiles operando en Nueva York deberán pagar una multa de $75 mil millones de dólares en los próximos 25 años, como compensación por los daños causados al medio ambiente.
Esta medida, sin precedentes a nivel nacional, establece un fondo climático que se destinará a mitigar los efectos del calentamiento global y a proteger infraestructuras críticas ante eventos climáticos extremos. Las empresas serán penalizadas en función de sus emisiones de gases de efecto invernadero entre 2000 y 2018.
Los fondos recaudados a través de este «Superfondo Climático» se destinarán a proteger infraestructuras críticas como carreteras, sistemas de transporte y suministro de agua, ante los eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes.
Esta ley, inspirada en el modelo de las leyes del superfondo para la limpieza de sitios contaminados, marca un precedente a nivel nacional e internacional, al trasladar los costos de la crisis climática de los contribuyentes a las empresas responsables. Se espera que esta medida genere debates y posibles acciones similares en otros estados y países.