Rosatom, la corporación atómica de Rusia, ha confirmado recientemente acuerdos alcanzados durante la cumbre del BRICS en Kazán para la construcción de nuevas centrales nucleares flotantes. Alexéi Lijachov, director de Rosatom, destacó que estos acuerdos abren la posibilidad de construir en serie estas plantas, tanto para el mercado interno en Rusia como para su exportación a países «amistosos», aunque no especificó las regiones que se beneficiarán, tales como Asia, África o América Latina.
Actualmente, Rusia está construyendo dos nuevas centrales flotantes. La primera central flotante del mundo, la Akadémik Lomonósov, que se puso en marcha en 2019, tiene una capacidad de 70 megavatios (MW) y puede suministrar electricidad y energía térmica a una ciudad de casi 100,000 habitantes. Esta planta, que está equipada para resistir tsunamis e impactos de icebergs, se encuentra anclada en el puerto de Pevek, en la región rusa de Chukotka, cerca de Alaska.
Lijachov subrayó la importancia de la modernización tecnológica de las plantas flotantes que se instalarán en zonas tropicales, lo que refleja la adaptabilidad de la tecnología a diferentes condiciones climáticas y geográficas.
Rosatom también ha mostrado interés en exportar centrales de baja potencia a países como Argentina y Brasil, lo que subraya su estrategia de expansión en el mercado global de energía nuclear flotante.
Este avance forma parte de los esfuerzos de Rusia para desarrollar nuevas soluciones de energía nuclear, en un contexto de creciente interés por las energías alternativas y la seguridad energética a nivel mundial.