Argentina no es uno de los líderes mundiales de petróleo o gas. De momento no. Pero es una cuestión de tiempo porque los argentinos tienen un secreto, la llamada Vaca Muerta, el yacimiento de petróleo no convencional más grande del país. Gracias a Vaca Muerta, Argentina es el segundo país con mayores reservas de gas y la cuarta mayor reserva de petróleo.
Por Mikhail Smyshlyaev
En colaboración con el Instituto IRTTEK
Vaca Muerta ocupa un espacio de 30,000 kilómetros cuadrados de gas y petróleo y es la principal esperanza de Argentina que podría ayudar terminar con las crisis económicas y atraer la inversión tan esperada en el país. Sin embargo, los próximos planes del Gobierno de Alberto Fernández siguen bajo amenaza. En abril, cayó drásticamente la producción en el área y los trabajadores fueron despedidos.
Cómo empezó todo
Cuando el campo comenzó a ser explotado en 2012, los argentinos se sintieron como una verdadera Arabia Saudita latinoamericana. Primeros fueron YPF y Repsol. Después llegaron tales gigantes como Shell, ExxonMobil, Vista Oil & Gas, Chevron y Total. El futuro era prometedor.
Desde aquel momento, la producción ha crecido constantemente. Once de los bloques más poderosos, donde la actividad ya fue puesta en marcha completamente, terminó en 2019 con resultados positivos. YPF y sus socios, que controlan la mitad de la producción, aumentaron la producción a 67,600 barriles por día, que es un 20% más que en 2018.
La producción de Shell, que opera en tres áreas, creció un 72.5% en 2019, y de ExxonMobil, un 147%. Vista Oil & Gas agregó ocho nuevos pozos en 2019. A fines de 2018, las reservas probadas de petróleo en Argentina alcanzaron los 2.39 mil millones de barriles, 18.45% más que en 2017, según el Ministerio de Finanzas del país, luego de analizar los documentos presentados por las compañías petroleras.
Números excelentes, pero extremadamente lejos de los pronósticos optimistas iniciales. ¿Cuál es la razón? Hay varias:
– La situación política actual en Argentina. “Para llegar a un acuerdo serio, es necesario llevar a cabo una operación abierta y muy arriesgada en la economía, cortarla viva y con dolor, especialmente respecto a la liquidación de estos depósitos de petróleo y gas”, dice el experto en energía Miguel Jaimes.
– Vaca Muerta es una especie de «trampa», un extremo económico y político. Nadie puede decidir el futuro de esta rica región. Los propios oligarcas y políticos argentinos temen que Vaca Muerta sea una amenaza para su influencia, y están tratando de evitarlo de todas las formas posibles.
Además del conflicto de intereses internos, existen otros frenos que no permiten que Vaca Muerta atraiga inversiones.
Moneda nacional
El gobierno del anterior presidente, Mauricio Macri, tomó medidas de emergencia para evitar el colapso macroeconómico y congeló el precio del petróleo crudo y el combustible en el mercado interno, obligando a las compañías petroleras a cambiar sus dólares por pesos. La medida dio un duro golpe a la inversión.
Ha surgido incertidumbre respecto a la previsibilidad del marco regulatorio. Como resultado, en 2019 se registró una disminución en el número de pozos perforados (905 contra 1,030 en 2018). 3,000 personas fueron despedidas, y todo esto sucedió cuando el mundo aún no sabía sobre la existencia de un coronavirus.
Precios del petróleo
Aquí está todo claro. Los precios del petróleo desde el comienzo de la crisis cayeron primero por la epidemia en China, y luego por el colapso económico mundial. Dejó de ser rentable extraer petróleo utilizando el sistema de fracturación hidráulica tradicional para Vaca Muerta. Una situación similar ocurre con la minería de esquisto bituminoso, por ejemplo, en EE. UU.
Fondo Monetario Internacional
La situación es tan delicada que incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaba interesado en los planes del gobierno de Alberto Fernández para Vaca Muerta. Sin embargo, aún no es posible determinar cuáles son. La promesa de un nuevo marco regulatorio que garantice la previsibilidad de la inversión está en las carpetas de la petrolera YPF controlada por el Ministerio de Desarrollo Industrial.
El cambio debería provenir del Congreso, pero hoy en Argentina hay críticas sobre las negociaciones sobre la deuda con el FMI y los prestamistas privados. La importancia de Vaca Muerta es enorme para Argentina. Es lógico que el FMI quiera saber de dónde proviene el dinero. Gracias a Vaca Muerta, Argentina casi eliminó el déficit energético de $ 6.9 mil millones, que se registró en 2013.
El sector tiene un largo camino por recorrer si pretende convertirse en una fuente importante de divisas para Argentina. Hoy, las ventas de combustible al extranjero representan solo el 6.5% de las exportaciones. Mientras tanto, solamente se explota un 4% del yacimiento.
Estancamiento
En el contexto de esta situación, el gobierno está tratando de rectificar la situación y proteger su Vaca Muerta, aislándose del mercado mundial del petróleo mediante la introducción del llamado barril criollo. Se trata de un precio de petróleo local, aislado del mundo. Una medida que ya se usó durante el mandato de Kirchner y que ayudó a proteger la producción.
Según Reuters, el gobierno argentino planea emitir un decreto que establecerá un precio más alto por barril de petróleo local, el llamado barril criollo. La medida debería proteger a la industria nacional, seriamente afectada por la caída del precio del petróleo y la pandemia de coronavirus.
Según los cálculos de José Luis Sureda, ex Ministro de Recursos de Hidrocarburos de Argentina, para la competitividad del petróleo de esquisto bituminoso es necesario que el petróleo cueste al menos 50 dólares por barril. Nuevamente, la situación es muy similar a la que vemos en los Estados Unidos.
A su vez, las principales compañías petroleras como YPF y Pan American Energy (PAE) se oponen al barril criollo. Las compañías aseguran que sus operaciones de refinación se verán fuertemente afectadas. Todo está en manos del presidente Alberto Fernández. Mientras tanto, los desacuerdos sobre este tema están desgarrando al gobierno.
Otro freno en el desarrollo del proyecto Vaca Muerta es el medio ambiente. En diciembre de 2019, el líder de la Confederación Mapuche, Jorge Nauel, emitió una advertencia roja contra el fracking en Neuquén.
“La región de Vaca Muerta se encuentra en una situación bastante delicada, muy controvertida. Este es uno de los proyectos mundiales más prometedores de petróleo y gas, que más necesita inversión. Al mismo tiempo, tiene una increíble cantidad de factores que complican este proceso, incluidos los ambientales y las fuertes protestas sociales, especialmente de la población nativa americana, que está tratando de defender su territorio”, dijo Miguel Jaimes.
Dar vida a Vaca Muerta
El potencial de Vaca Muerta es enorme, pero no a todos en Argentina les gusta esto. Además de la oposición interna de los oligarcas y las fuerzas políticas, Vaca Muerta lucha también con otros factores, a los que se ha agregado el coronavirus.
Mientras tanto, los inversores siguen esperando a que Buenos Aires introduzca un régimen de protección de divisas para resolver disputas y estabilidad financiera. En particular, la estabilidad de la regulación de las inversiones a largo plazo. Hasta entonces, la Vaca Muerta permanecerá donde estaba antes.