En diciembre de 2024, Estados Unidos importó aproximadamente 300 mil barriles diarios (mbd) de crudo venezolano, alcanzando el mayor volumen en seis años, según datos de Kpler. Este incremento representa un aumento interanual de 150 mbd y subraya la relevancia del petróleo venezolano para el sector energético estadounidense.
Las refinerías en la costa del Golfo de México, como Chevron y Valero Energy, dependen de este suministro para mantener su operación. Analistas advierten que, si las importaciones se redujeran en 200 mbd este año, la región enfrentaría una grave escasez de crudo.
A pesar de las tensiones políticas entre ambos países, la necesidad de estabilidad en el suministro energético ha impulsado acuerdos de licencia especiales que han permitido la continuidad de estas importaciones. Mientras tanto, se mantiene la incertidumbre sobre futuras restricciones o negociaciones en la política energética de Estados Unidos.