Un nuevo informe de McKinsey & Company advierte que el petróleo, el gas natural y el carbón seguirán dominando el sistema energético global más allá de 2050. Aunque se espera un crecimiento en las energías renovables, el ritmo de adopción no será suficiente para cubrir la creciente demanda de electricidad.
Según el análisis, el consumo energético aumentará entre 20% y 40% en sectores como la industria y la construcción. Los centros de datos en Estados Unidos serán uno de los principales impulsores, con una demanda proyectada de 25% anual hasta 2030. A nivel global, el crecimiento promedio sería del 17% anual entre 2022 y 2030, especialmente en países de la OCDE.
McKinsey estima que los combustibles fósiles representarán entre el 41% y el 55% del consumo mundial en 2050. Esta cifra es menor al 64% actual, pero más alta que las previsiones anteriores. “Este ha sido probablemente nuestro mayor cambio de opinión sobre la evolución del sistema energético”, señaló Diego Hernández Díaz, socio de McKinsey.
El informe también destaca que la adopción masiva de combustibles alternativos no ocurrirá antes de 2040, salvo que se impongan regulaciones. Además, factores como la incertidumbre geopolítica, los aranceles, los riesgos de recesión energética y la prioridad de los gobiernos en la seguridad energética complican el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París.
Aunque las energías limpias podrían alcanzar entre el 61% y el 67% del mix energético en 2050, McKinsey advierte que la transición dependerá de decisiones políticas, innovación tecnológica y estrategias que equilibren la asequibilidad, la resiliencia operativa y la descarbonización.






