El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, formalizó este lunes una prohibición indefinida para nuevos arrendamientos de extracción de petróleo y gas en más de 625 millones de acres de aguas costeras en el Atlántico, el Pacífico y otras regiones. La medida, sustentada en la Ley de la Plataforma Continental Exterior de 1953, dificulta su revocación sin la intervención del Congreso.
Esta decisión protege áreas clave como el este del Golfo de México, el norte del mar de Bering y zonas con alta biodiversidad y valor cultural para comunidades indígenas. Biden argumentó que los riesgos ambientales y económicos superan los beneficios potenciales de nuevas perforaciones. Sin embargo, la prohibición no afecta a los yacimientos existentes ni a zonas como la ensenada de Cook en Alaska o el Golfo de México, que actualmente representan el 14% de la producción energética del país.
El equipo de transición del expresidente Donald Trump criticó la decisión, calificándola de «acción política» que podría revertirse en el futuro. Por otro lado, grupos ambientalistas como Healthy Gulf celebraron la medida, destacando su impacto en la conservación de ecosistemas costeros.
La prohibición se suma al legado ambiental de Biden en un contexto de debate sobre el equilibrio entre la conservación de recursos naturales y la seguridad energética de Estados Unidos.