Escrito por Juan Manuel Carbajosa, Director de Desarrollo de Negocio en México en Prodiel
El impacto ambiental que la humanidad ha generado en el planeta ha sido objeto de estudio por parte de diferentes instituciones y organizaciones, derivado de acontecimientos que afectan a todos los seres vivientes. Por ejemplo, actualmente hay más de un millón de especies amenazadas por el cambio climático, la población de Chicago se vio afectada por temperaturas extremadamente bajas -nunca antes registradas; y en días pasados, la Ciudad de México alcanzó cifras históricas de contaminación en el ambiente. Ante estos escenarios, diversos estudios han propuesto algunas medidas que pueden ayudar a mitigar la huella de carbono y así contribuir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Por ejemplo, de acuerdo con el estudio What a Waste 2.0, del Banco Mundial, es necesario implementar mejores estándares de manejo de residuos, ya que actualmente se generan alrededor de 2010 millones de toneladas de basura cada año a nivel global, de las cuales al menos el 33% son simplemente arrojados en vertederos a cielo abierto. En contraste, según el informe, sólo el 13.5% de los desechos mundiales se recicla de forma apropiada y únicamente el 5.5% se utiliza en composta. Todo ello genera repercusiones negativas tanto en la salud de la población que habita alrededor de los basureros como en el medio ambiente. Asimismo, el informe proyecta que en los próximos 30 años el volumen de desechos tenga un incremento del 70%, llegando a superar los 3400 millones de toneladas al año, debido a factores como el crecimiento de la población y el desarrollo económico.
No obstante, existen otras acciones que pueden contribuir a reducir las emisiones contaminantes que se arrojan al ambiente, como generar energía asequible y limpia. La electricidad juega un papel fundamental en la vida actual de la población mundial, ya que es uno de los tipos de energía más utilizados y está presente en casi todo: fábricas, hogares, oficinas, seguridad, entretenimiento, iluminación, etc. Sin embargo, la situación ambiental actual ha provocado que la industria energética busque e implemente nuevas formas de generarla, por lo que hoy en día podemos encontrar plantas de energías renovables, tales como las solares, eólicas, hidroeléctricas y de ciclo combinado, entre otras.
En el caso de México, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), nuestro país ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en producción de energía geotérmica, pero sólo ocupa el 7% del total de la capacidad destinada a energías renovables -lo cual habla de la gran área de oportunidad que existe en materia de inversión a nivel nacional en este rubro. En contraste, el segundo parque de energía solar más grande del mundo se encuentra en nuestro país; este tipo de instalaciones generan el 20% de la energía en México, y la meta es lograr el 35% para el 2024.
Adicionalmente, nuestro país está ubicado geográficamente en una locación privilegiada que le permitiría tener un mayor aprovechamiento de la energía solar dado que la irradiación global media diaria que se recibe en el territorio nacional es de alrededor de 5.5 kWh/m2, lo que coloca al país dentro de los primeros lugares en el mundo. Chihuahua, por ejemplo, está ubicada en la franja de mayor radiación solar en el planeta, es decir, donde los rayos ultravioletas llegan con mayor intensidad. Aun así, no es de los países que usan más intensivamente las energías renovables. Las naciones que sí utilizan del 61% al 100% son Noruega, Paraguay, Brasil, Colombia y Canadá.
El costo de producción es otro factor para considerar, ya que algunos procesos, como la extracción de combustibles fósiles, es cada vez mayor debido a que su obtención se vuelve cada vez más compleja. No obstante, de acuerdo con datos del Foro Económico Mundial (WEF) la generación de energía eléctrica limpia tiene un mayor beneficio económico, pues en países como México, la obtención de energía de las fuentes renovables se da a precios inferiores que la procedente de los combustibles fósiles y de la nuclear.
México ha conseguido atraer a un importante número de empresas nacionales e internacionales que están participando activamente en el sector de las energías limpias y actualizando sus estrategias para capturar oportunidades en un mercado en transformación. Así que, además de representar una oportunidad económica para el país, el uso de este tipo de energía nos ayudará, entre otras cosas, a combatir contingencias ambientales como las que se presentan en la Ciudad de México.