México se encuentra entre los primeros 10 lugares mundiales en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el sector transporte. En el país, el transporte es responsable de la emisión de 148 millones de toneladas de CO2 y representa la segunda fuente de emisiones GEI después de la generación de electricidad.
El autotransporte, constituido principalmente por autos privados, contribuye con el 80% de las emisiones nacionales y es la principal causa del incremento en la demanda de energía.
Desde hace años Greenpeace ha promovido un modelo de movilidad sustentable que incluya la ampliación y modernización de la infraestructura de transporte público y de modos alternativos de movilidad como el uso de la bicicleta en las ciudades.
Ante la incertidumbre del impacto ambiental del tramo 5 del Tren Maya, es necesario que se aplique el principio de precaución y se detengan las obras hasta que se realice un estudio exhaustivo que permita delimitar las condiciones necesarias para minimizar los daños ambientales a través de una infraestructura menos invasiva y con menor huella de carbono, asegura el organismo.
“Es necesario atender las necesidades de la población que vive alejada de los centros urbanos, la cual es en su mayoría de bajos ingresos, suele gastar 15% más en transporte y destinar 4 horas adicionales que la población que habita en zonas urbanas. En 2020, en hogares de interés social, el transporte llegó a representar hasta el 40% de sus gastos”, señala Greenpeace en un comunicado.