México en la ruta de la electromovilidad

Por: Indira Bustamante

La movilidad eléctrica en México ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, impulsado por una mayor conciencia ambiental y avances tecnológicos. Sin embargo, el sector aún enfrenta desafíos importantes, como la insuficiente infraestructura de carga, la falta de políticas públicas claras y eficientes, y tensiones geopolíticas que podrían afectar su desarrollo futuro.

En este contexto, Diana Avalos Morales , Directora General de la Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE), compartió que, si bien los recientes cambios políticos en Estados Unidos han generado incertidumbre, las perspectivas siguen siendo favorables para nuestro país.

«Hemos experimentado un crecimiento exponencial notable, por lo que no anticipo una tendencia a la baja, sino más bien una posible desaceleración.»

Para la experta en el sector, uno de los retos principales para esta industria es la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo cual ha generado incertidumbre en la industria automotriz nacional ante el nuevo gobierno en el país vecino.

«Es un tema fundamental aclarar la relación con estos países, sobre todo por la importancia del sector automotriz en la economía mexicana», comentó.

En específico para México, detalló que, en cuanto al parque vehicular, la participación de vehículos 100% eléctricos sigue siendo baja, con cifras que rondan el 1%, según datos oficiales, los cuales se estiman pueden ser mayores; sin embargo, el crecimiento ha sido notable, con un incremento del 20% en el último año como resultado de la expansión en la oferta de vehículos eléctricos, así como la diversificación de los precios y tipos de unidades disponibles, no sólo de particulares, sino también para el transporte público del país, como el Metrobús y el IE-TRAM, en Mérida, Yucatán, donde se han implementado autobuses eléctricos.

“Hace seis años, soñar con tener una ruta de transporte público eléctrica era un sueño, y ahora estamos viendo un interés creciente”, puntualizó. Igualmente, expresó que existe un mayor conocimiento acerca esta industria y sus beneficios, donde las compañías en la región ven esta adopción como una ventaja tecnológica, además de económica.

El papel de la Asociación y las políticas públicas

Con el objetivo de seguir impulsando la adopción de tecnologías de movilidad eléctrica, Diana Ávalos explicó que la AMIVE busca generar un diálogo integral con los actores del sector y con el gobierno, tanto federal como estatal, para desarrollar regulaciones y políticas que permitan el crecimiento ordenado de la industria.

«Es fundamental comprender que la electromovilidad no es simplemente una extensión del sector automotriz, sino un ámbito más complejo que integra no solo a este, sino también a las industrias energética y financiera”, subrayó.

Agregó que la infraestructura de recarga es clave para fortalecer la adopción de vehículos eléctricos, por lo que es necesario mejorar la capacidad de generación, transmisión y distribución de energía en el país.

“Este es un proyecto de gran escala y largo plazo que no solo debe centrarse en la movilidad eléctrica, sino también en cómo mejorar el sistema eléctrico en su conjunto”.

En este contexto, destacó que la implementación de zonas ‘cero emisiones’ en las ciudades, junto con la electrificación del transporte público y de carga —especialmente en áreas de alta demanda como la última milla—, son medidas clave para acelerar la transición.

“No se trata de replicar el modelo de estaciones de servicio de combustibles. Es necesario diseñar una infraestructura de recarga inteligente, adaptada a las necesidades del transporte de carga y público», agregó.

La experta también enfatizó la urgencia de contar con políticas públicas claras, incentivos fiscales y de infraestructura para continuar impulsando esta tendencia en México. Resaltó la necesidad de crear una política nacional de movilidad eléctrica con metas específicas de descarbonización, así como establecer objetivos para vehículos ligeros, pesados, transporte público y la infraestructura de recarga.

En términos de regulación, aún hay pendientes importantes. Señaló que, aunque la Comisión Reguladora de Energía ha avanzado con disposiciones administrativas, siguen faltando normas específicas sobre baterías y calidad de vehículos. Además, la falta de una estrategia clara para la descarbonización y electrificación del transporte, junto con metas para la infraestructura de recarga, sigue siendo un desafío.

Asimismo, destacó que la prioridad debe ser electrificar el transporte público y de carga, sectores con un alto impacto en las emisiones y que podrían recuperar su inversión más rápidamente. Si bien existen iniciativas privadas que han electrificado corredores estratégicos, como el Bajío-Guadalajara, la colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada es esencial para desarrollar una red de carga integral.

“Estados Unidos ha integrado grandes hubs donde coexisten estaciones de combustibles y de carga eléctrica. En México podría replicarse con una regulación adecuada”, compartió.

Participación de las mujeres en el sector

La transición hacia la movilidad eléctrica ha permitido un aumento en la participación de mujeres en el sector del transporte, señaló Diana Ávalos. Sin embargo, a pesar de estos avances, la presencia femenina sigue siendo baja en posiciones clave y en foros relevantes, lo que resalta la necesidad de seguir impulsando la equidad dentro de la industria.

“No solo por el proceso de descarbonización, sino porque hay una ideología que reconoce que las mujeres somos igualmente competitivas en esta industria”, afirmó.

Añadió que, desde la AMIVE, se han promovido diversas iniciativas para atraer a más mujeres al sector, tanto en cargos directivos como en el ámbito técnico. Además, la transición justa, que busca descarbonizar el transporte sin dejar atrás a los sectores más vulnerables, es un tema clave para garantizar que todas las voces sean escuchadas.

Finalmente, hacia los próximos años, vislumbra un futuro prometedor para las mujeres en la movilidad eléctrica, especialmente en el ámbito educativo, ante una mayor participación de las diversas universidades y centros tecnológicos en el país para la formación de habilidades específicas para el sector.

“Las jóvenes pueden ver a la electromovilidad como una opción de carrera profesional y saber que también son fundamentales para avanzar en la transición hacia un futuro más verde”, concluyó.

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