Por: Indira Bustamante
El desarrollo del sector hidrocarburos en México genera innumerables oportunidades y desafíos, al desempeñar un papel fundamental en la economía y la industria nacional. Las actividades de exploración y extracción de petróleo crudo y gas natural en aguas profundas y someras, así como en campos terrestres contribuyen significativamente al futuro energético del país.
En un giro importante para el sector, el yacimiento de gas natural Lakach, ubicado en aguas profundas del Golfo de México, tomó nueva relevancia luego del anuncio de la firma de un Contrato de Servicios Integrales de Exploración y Extracción (CSIEE) entre Grupo Carso, propiedad del empresario Carlos Slim, y Petróleos Mexicanos (PEMEX ), el pasado 5 de julio.
Descubierto en 2006 frente a las costas de Veracruz, este proyecto resultó en diversos retos para la empresa estatal, la cual llevó a cabo la inversión de 1,000 millones de dólares sin resultados significativos pese a la promesa de una abundante fuente de gas natural (alrededor de 847,000 millones de pies cúbicos), derivando así en el posterior abandono del yacimiento por parte de Pemex en 2017.
No obstante, tras la reciente apuesta de Grupo Carso, en colaboración con Talos Energy y FCC Construcción (empresa con experiencia en infraestructura), así como la firma del contrato con Pemex Exploración y Producción, quien mantendrá la propiedad del campo y sus reservas, se prevé el inicio de la producción comercial en aproximadamente dos años y medio, específicamente en diciembre de 2026.
A través de una inversión inicial de 1,200 millones de dólares en el proyecto, misma que se vio aumentada el 29 de julio de este año a 1,884 millones de dólares, un incremento del 57 por ciento, la compañía privada mexicana llevará a cabo las operaciones de perforación de pozos, extracción de gas y transporte hacia tierra.
Según Arturo Carranza , director de Proyectos de Energía en Akza Advisors , este acuerdo será un elemento estratégico que permitirá a la iniciativa privada ser partícipe en el desarrollo de proyectos pertenecientes a PEMEX y satisfacer diversas necesidades de inversión. Además, representa un avance en la colaboración entre empresas privadas y la paraestatal, con el objetivo de optimizar el aprovechamiento de los recursos del país y reducir la alta dependencia del gas natural proveniente de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, destaca que contar con un mayor volumen de gas natural dentro de las estimaciones y reservas de México permitirá llevar una transición energética ordenada, pasar de una matriz fundamentada en combustibles fósiles a una encaminada a energías y tecnologías renovables.
Asimismo, el especialista estima que el uso del contrato de servicios integrales de exploración y extracción permitirá alinear los intereses de Grupo Carso con los de Pemex, facilitando así el correcto desarrollo del proyecto, otorgándole “mayor flexibilidad” bajo las condiciones de la política energética actual. Esto permitirá, independientemente de los desafíos técnicos y económicos, generar una infraestructura que permita transportar el gas natural desde el campo (Lakach) hasta tierra para su procesamiento, convirtiéndolo en un proyecto integral.
Retos y oportunidades en el sector
En este contexto, a lo largo de los últimos seis años, el sector energético de México se ha visto orientado al favorecimiento de Pemex bajo la implementación de políticas públicas dentro del territorio nacional que han limitado la participación e inversión por parte de operadores privados.
Así, y en opinión de Arturo Carranza , en el caso de las políticas regulatorias, existió igualmente una limitante en la participación de la inversión privada, así como en el desarrollo de oportunidades en proyectos exploratorios y de producción en México, dejando al sector en un estancamiento permeable.
Sumado a estos resultados, y en un esfuerzo por acelerar la transición energética de México, así como de la empresa productiva del estado, el especialista expresa que se han puesto ya sobre la mesa las iniciativas necesarias en el marco nacional respecto al sector de hidrocarburos, como el impulso de alternativas energéticas como la cogeneración.
Perspectivas a futuro
Finalmente, y de acuerdo con el especialista, en México existe una clara necesidad de incrementar la producción de gas natural, así como de reducir las importaciones de combustibles fósiles, por lo que añade que todas aquellas decisiones por parte de la empresa productiva del estado serán significativas durante los próximos años, con el objetivo de reducir el riesgo a la seguridad energética del país.
Aunado a esto, asegura que con la llegada de una nueva administración al gobierno mexicano, las expectativas internas respecto al éxito de proyectos gasíferos bajo los contrato de servicios integrales de exploración y extracción son altas, un paso significativo que podría incrementar las posibilidades de llegar al objetivo antes mencionado.
En este sentido, comparte que si bien actualmente existen visiones encontradas sobre si permitir una mayor participación por parte de los operadores privados o continuar relegando su intervención en la exploración y producción de hidrocarburos en el país durante el próximo sexenio, la realidad es que la decisión final estará sujeta al contexto político.
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