Gas natural y renovables: el binomio clave para la transición energética

Por: Marisa Miranda

México se encuentra en un momento histórico y ambicioso, en donde se visualiza un impulso sin precedentes al uso de energías renovables. La meta actual es que, hacia el 2030, nuestro país cuente con un 45% de participación de este tipo de energía; por ello, es indispensable generar sinergias y alianzas entre diversos sectores e industrias para concretar dicha meta en una realidad.

Dentro de lo ambicioso que es el objetivo, se requiere de una planeación a largo plazo y la participación del sector público, privado y la sociedad civil, con el objetivo de plantear ideas que sean escuchadas, tomadas en cuenta y plasmadas en proyectos de ley para generar un plan de desarrollo que sirva como eje para construir el trabajo que se hará a largo plazo.

Esta es la visión de Ana Laura Ludlow , Vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales y Sustentabilidad para ENGIE México, que en entrevista para Global Energy reflexiona sobre las oportunidades que tenemos actualmente para lograr la transición energética justa y ordenada que el país necesita.

“Hoy tenemos los dos elementos clave para alcanzar nuestros objetivos: la claridad de a dónde queremos llegar y la oportunidad de sentarnos a trabajar para hacerlo”.

Nuestro propio camino

Si bien podría parecer que México tiene un desfase en su camino hacia la adopción de energías limpias, Ana Laura Ludlow considera que es importante partir de los objetivos que tiene cada país, de acuerdo con su potencial, capacidad económica e infraestructura.

“México va bien, tenemos el objetivo de reducir emisiones en un 35% y, de acuerdo con el informe de brechas de la ONU en 2024, nuestro país está dentro de los mejores seis países en camino de lograrlo, y somos el único de América que está incluido en ese listado”.

Por otra parte, no se puede pensar solo en las energías renovables para reducir emisiones, aunque es uno de los elementos más ambiciosos y relevantes, hay que tomar en cuenta opciones en sectores como el transporte con la electromovilidad para impulsar la descarbonización, y por supuesto la eficiencia energética que es el primer paso para hablar de una transición energética justa.

“En México, las emisiones que se generan del sector energético son de aproximadamente un 40%, de ahí la importancia de atender este segmento. Si hacemos los ajustes propuestos que nos va a permitir el Plan de Desarrollo y el Plan de Energía que lo acompaña, vamos a lograr esas ambiciosas metas”.

Oportunidades en los desafíos

Para alcanzar las metas que esta administración puso sobre la mesa, Ana Laura Ludlow considera que se deben abordar tres principales líneas:

El marco regulatorio para definir el rol prioritario del gobierno, así como su responsabilidad en otorgar las condiciones adecuadas que permitan un mayor desarrollo y participación del sector privado. “Al menos en la generación eléctrica, estamos buscando participar en el 46% y hay entre 6 mil y 9 mil millones de dólares de oportunidad de inversión que queremos concretar para alcanzar el 45% de generación de energía limpia”.
La liberación de permisos, un punto que la actual administración busca optimizar a través de la digitalización y simplificación de trámites. “En el Plan México, los sectores estratégicos como la energía van a tener acceso a una ventanilla única que simplifique procesos, pero tener claridad sobre el tiempo que esto va a tomar es relevante”.
Transmisión eléctrica, se requiere fortalecer el sistema eléctrico de transmisión y distribución. Con la ampliación del margen de generación distribuida, de 0.5 a 0.7MW sin permiso se tendrá un impacto en las redes de distribución. “Para que pueda haber un desarrollo de las renovables, debemos fortalecer nuestro sistema eléctrico, porque sin transmisión no hay transición”.

En este último punto, la ejecutiva de ENGIE señala que no hay discusión acerca de la rectoría del Estado, debido a que es un tema crítico de seguridad y soberanía energética; sin embargo, es importante que se considere que el sector privado pueda invertir a través de esquemas que se definan como pudieran ser contratos de largo plazo a través de la Comisión Federal de Electricidad , como sucede actualmente con el gas natural.

“Se requiere dinero y tiempo, porque los proyectos de transmisión eléctrica no son sencillos; hay que trabajar con derechos de vía y el impacto socioambiental, temas en donde los privados hemos generado una experiencia que puede ser de gran utilidad para el gobierno».

Gas natural y biometano: la apuesta de ENGIE

México debe arrancar ya con la colaboración entre sector público y privado para lograr sus metas de reducción de emisiones y descarbonización. Para ello, es necesario partir de la realidad geográfica de nuestro país y su cercanía con Estados Unidos, el principal productor de gas natural a nivel global, lo que nos permite obtenerlo de manera abundante y barata.

Además de las ventajas económicas que representa este hidrocarburo, el gas natural ha demostrado tener beneficios ambientales y a la salud. ENGIE actualmente lidera diversos proyectos enfocados en el combustible de la transición; el más relevante es la ampliación del gasoducto Mayakán, que consiste en la construcción de 700 km a través de Tabasco, Chiapas, Campeche y Yucatán, lo que permitirá llevar el gas necesario para la operación de las nuevas plantas de la CFE, y para impulsar el desarrollo económico que requieren dichos estados.

De ahí surge el impulso al gas natural renovable, o biometano, que permite aprovechar los residuos orgánicos de la industria agrícola y ganadera, así como de rellenos sanitarios ubicados en los municipios de esa región, que de forma natural generan biogás del que posteriormente se puede obtener biometano.

“Es prácticamente el mismo gas natural que utilizamos en las casas, comercios e industria, pero disminuye en 85% las emisiones de carbono del propio gas, que ya de por sí es 50% más amigable con el medio ambiente en comparación con otros combustibles fósiles”, explica Ana Laura Ludlow.

Asimismo, apunta que el paso necesario para detonar esta estrategia a una escala relevante en el país es la inyección de biometano en las redes de distribución de gas natural, un proyecto que ENGIE ha impulsado junto con otros jugadores del sector con la Comisión Reguladora de Energía y la Secretaría de Energía .

Por otra parte, el binomio para el gas natural es el impulso a las energías renovables. A nivel global, ENGIE cuenta con 50 GW de capacidad instalada y visualizan llegar a 80 GW para el año 2030.

“Nos encantaría que ese crecimiento lo podamos tener principalmente en México, donde vemos un potencial extraordinario y las condiciones están dadas”.

Con base en la experiencia de ENGIE a nivel global, Ana Laura Ludlow destaca que hay áreas que requieren más atención, como el almacenamiento; sin embargo, considera que el Centro Nacional de Control del Gas Natural (CENAGAS) está haciendo esfuerzos relevantes para evitar interrupciones en el suministro.

“Hemos aprendido que debemos estar preparados, y tener almacenamiento nos ayudará a mitigar esos impactos”.

Finalmente, la experta señala que México debe aprovechar su acceso al gas natural para convertirse en un exportador de gas natural licuado.

“Primero hay que cuidar el consumo doméstico, que estemos seguros de estar cubriendo todas las necesidades de crecimiento en el país, y luego pensar en involucrarnos en el rol de ayudar a la transición energética de otros países a través de la exportación del gas natural licuado”, concluye.

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