Por: Perla Díaz Taracena. Asociada Senior de la práctica energética de Hogan Lovells México
Comparados con otras trayectorias profesionales, 10 años parecen poco. Es el tiempo que llevo trabajando en el sector energético. Cuando inicié mi carrera en el sector petrolero -con una operadora petrolera- tenía poca perspectiva del papel de las mujeres en la industria. Tenía muchas compañeras mujeres pero ahora que recuerdo, en ese entonces, de 10 puestos gerenciales o directivos de la empresa, solo 2 o 3 eran ocupados por mujeres. Siendo de Tabasco, conocí y conozco a muchas mujeres que trabajaban en la industria, pero pocas que tuvieran puestos de liderazgo y al día de hoy, tengo conocimiento de muchas menos (de ese grupo) que permanecen en el ramo por razones diversas, entre ellas, la falta de crecimiento profesional o de un salario competitivo. Estoy segura que otras mujeres con más tiempo en esta industria podrán corroborar lo anterior en sus propios círculos profesionales y también que se trata de una situación que ha mejorado solo marginalmente en los últimos 10 o más años.
Lo anterior es solo una percepción personal sobre el papel de las mujeres en el sector energético. Sin embargo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), a pesar de que el 39% de la fuerza laboral global está compuesta por mujeres, solamente hay un 22% de mujeres dentro del sector energético tradicional, y los números son menores para los puestos gerenciales. Es decir, el sector energético está dominado por hombres. Asimismo, la brecha salarial entre hombres y mujeres es dos veces más amplia en el sector energético que en otras industrias.
De igual forma, el Informe Global sobre Brechas de Género (Global Gender Gap Report) del Foro Económico Mundial (World Economic Forum) de julio de 2022 muestra que un número mucho menor de mujeres son contratadas en roles “senior” en el sector energético, comparado con otras industrias. Los datos del reporte muestran que las mujeres solo ocupan un 20% de estos puestos.
Estos datos solo corroboran la perspectiva que comentaba inicialmente: (i) el número de mujeres que trabajan en el sector energético ha aumentado, pero poco; (ii) pocas mujeres son contratadas para puestos directivos en el sector; y (ii) la brecha salarial puede ser uno de los factores por los cuales las mujeres no entran o abandonan la industria.
En lo particular y sin desdeñar los grandes avances en materia de equidad de género que se han alcanzado, me parece que estos datos son inaceptables en pleno siglo XXI y para una industria que lucha por reinventarse y ser innovadora ante una cada vez más necesaria transición energética; máxime si se considera también que muchos estudios muestran correlaciones entre el aumento de la productividad y la innovación derivado de la contratación de más mujeres en puestos gerenciales o en general, de que exista mayor diversidad de género en una empresa.
En ese sentido, resulta ilógico que las empresas del sector continúen perpetuando las tendencias de contratar menos mujeres para puestos directivos y pagar menos a las mujeres que ocupan los mismos puestos que hombres, si múltiples estudios muestran que la diversidad de género es buena para los negocios.
Afortunadamente ya existen iniciativas y asociaciones que buscan reducir estas desigualdades entre hombres y mujeres del sector, pero no sobra decir que se requiere una gran voluntad de las empresas y del gobierno para realmente ver un cambio significativo en el status quo que impera hoy por hoy.
Personalmente, creo que se deben continuar estos esfuerzos dando aún más visibilidad a la problemática en los sectores públicos y privados e implementar iniciativas (corporativas y gubernamentales) de mediano y largo plazo que puedan ser objeto de medición; de otra forma, todo parece quedar en el aire.
Esta industria se beneficia día a día del trabajo de mujeres talentosas que no persisten en sus esfuerzos para hacerla más equitativa y más justa para las generaciones venideras. Es una empresa ambiciosa y altamente laboriosa, pero yo creo que estamos a tiempo de que nuestra generación pueda cosechar esos esfuerzos.