*Por Ricardo Reyes, Director de Veolia Soluciones Industriales
A 51 años de buscar maneras de mitigar el impacto negativo al planeta, este 2021, la ONU estableció como tema para celebrar el Día Internacional de la Madre Tierra: la restauración ambiental. Esto se traduce en los esfuerzos individuales y en conjunto que la sociedad puede hacer para contribuir a restablecer lo que hemos tomado del entorno, a través de soluciones ambientales.
A partir de la crisis sanitaria que se ha vivido a nivel mundial, la Tierra ha develado diversas llamadas de atención en materia de aire, agua, biodiversidad, por mencionar algunos. Dando como resultado, una cadena de eventos desafortunados que pueden parecer difíciles de combatir, sin embargo, todavía estamos a tiempo.
Como resultado de la cuarentena a causa del COVID-19, se pudo notar una disminución de emisiones contaminantes que provienen de combustibles fósiles que pueden permanecer en la atmósfera como consecuencia de los desplazamientos y la actividad industrial. Aunque, ¿qué pasará cuando retomemos el ritmo anterior y podamos salir de nuestros hogares?
La Organización Panamericana de la Salud estima que cerca de 7 millones de personas en el mundo mueren a causa de la contaminación del aire. Además, de que se considera uno de los cinco factores de riesgo para enfermedades no transmisibles y se asocia con padecimientos respiratorios y cardiovasculares.
En este sentido, una de las soluciones naturales que se pueden implementar es, continuar impulsando la reforestación mediante la búsqueda de espacios para hacerlo. El tener más bosques y áreas verdes ayuda a convertir estas emisiones en oxígeno, así como a limpiar las ciudades. Otra es adoptar el uso de energías alternas, aquellas que pueden venir de la reutilización de los residuos, como es el biogás, que resulta de la basura orgánica. El mecanismo para obtenerlo puede implementarse en los sitios de disposición final de residuos, como sucede en la ciudad de Querétaro en donde a partir de los gases expedidos por los desechos generados en la localidad, deriva en energía eléctrica destinada al alumbrado público.
Esta planta, gestionada por Veolia en colaboración con el gobierno local, representa 16 por ciento de lo que anualmente se genera en materia de consumo de energía eléctrica, equivalente a 5 millones 700 mil kilowatts al año. Cuenta con la capacidad de generar 1,300 KWh año, equivalente a la energía de 70 mil domicilios.
Asimismo, varias industrias hoy día examinan sus objetivos y programas de sostenibilidad para mejorar el acceso, preservar, reponer y administrar los recursos naturales de nuestro planeta. Un caso como este es el de la industria del cemento que realiza el co-procesamiento de sus residuos para poder inyectarlos de nueva cuenta a su cadena de valor. Ejemplo de ello es la nueva planta que la compañía franco-mexicana, referente internacional en el manejo integral de residuos, agua y energía, instalará en San Luis Potosí para transformar hasta 40 mil toneladas de desechos industriales en combustible alterno para alimentar los hornos cementeros de las empresas ubicadas en la zona del Bajío.
Por otra parte, es bien sabido que nuestro planeta está conformado en su mayoría por agua, cerca del 70% de la superficie terrestre está cubierta por ella; de ésta, sólo el 2.5% es dulce y se estima que menos del 1% de esta proporción está disponible para el consumo humano y el mantenimiento de los ecosistemas. También, al estar limpia es la base de las comunidades sanas y sustentables, sin mencionar la relevancia que tiene hoy como una de las principales acciones contra el contagio de esta enfermedad, que al combinarse con jabón y lavarse las manos por al menos 40 segundos, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud y el Centro de Control Epidemiológico (CDC, por sus siglas en inglés Center of Disease Control).
Razón por la cual, es importante mimetizar los procesos naturales para aumentar los accesos hídricos, que van desde la retención de suelo húmedo, recarga de aguas subterráneas; mejorar la calidad de este líquido por medio de la creación de humedales, franjas de amortiguación, y reducir el riesgo asociado al cambio climático y desastres naturales. Todo esto sumando esfuerzos tecnológicos que pueden contribuir a la optimización de los recursos, sin ignorar la importancia del consumo responsable individual. Hacer un uso adecuado de ella es responsabilidad de cada persona.
Tal es el caso del Hubgrade, un centro de monitoreo y optimización de los flujos de agua, que opera con base en inteligencia artificial que permite controlar el buen funcionamiento de las industrias. Este modelo, probado en los 5 continentes aplicado en 20 mil instalaciones, con un total de 300 mil sensores conectados en 35 centros donde trabajan más de 100 analistas de tiempo completo, ayuda a prevenir situaciones críticas.
La suma de voluntades, ideas y esfuerzos, acompañada en ciertos casos de tecnología no sólo nos permite desarrollar nuevas soluciones, sino que también nos permite retribuirle un poco al planeta al cuidar nuestros recursos, porque estos son finitos.