Por Marco Cosío, Vicepresidente de Smart Infrastructure, Siemens México, Centroamérica y El Caribe
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas declaró un “código rojo para la humanidad” en su informe Climate Change 2021, lo anterior, derivado del sobrecalentamiento del planeta a un nivel nunca visto, en los últimos 2000 años. Ante este panorama tan apremiante, la automatización y uso eficiente de la energía, así como la integración de fuentes renovables, cobran mayor relevancia en los entornos industriales y de consumo.
La automatización energética es una combinación de diferentes tecnologías, que, en conjunto, hacen que el uso de la energía sea más inteligente y eficiente, abonando así a la sustentabilidad de los usuarios finales. Hoy en día, existen soluciones que optimizan la producción y consumo de la energía, y que ya están siendo aplicadas en sectores como el de alimentos, bebidas, transporte y movilidad.
Es importante recalcar que hacia el 2030, las necesidades energéticas de Latinoamérica crecerán un 2.8%, mientras que el transporte electrificado representará el 30% de la movilidad de la región. Actualmente, sólo el 25% del sistema energético de América Latina está compuesto por energías renovables; sin embargo, será necesario que, a futuro, dicha proporción sea de al menos el doble, lo que supondrá un desafío en términos de estabilidad en las redes eléctricas. Por ello, será indispensable optimizar los suministros de energía para tener mayor flexibilidad en el sistema, mejorar su capacidad y reducir interrupciones.
En México, ya existen avances importantes en cuanto a automatización de energía se refiere; sobre todo dentro de la industria de alimentos y bebidas. Por ejemplo, en una planta tequilera logramos mejorar la eficiencia en los procesos de producción al integrar energía fotovoltaica a las operaciones del cliente, representando ésta, más del 40% del total de energía que se consume en sitio. De esta forma, queda claro que la tradición de los maestros tequileros no está peleada con la innovación tecnológica, al contrario, hacen una sinergia perfecta en pro de productos más sustentables.
Pero no solamente la industria del tequila está en este camino, lo mismo sucede en el ramo cervecero, un mercado por demás relevante si consideramos que Latinoamérica representa el 18% del consumo de cerveza a nivel mundial. En esta industria, se ha instalado tecnología para generar procesos automatizados y flexibles, que permiten analizar los parámetros eléctricos de flujos, volúmenes y consumos, lo que mejora el desempeño total de las plantas.
Como pueden ver, la estrategia para automatizar la energía no debe solo basarse en la colocación de productos, sino en soluciones distribuidas y estándares que puedan ser escalables de acuerdo con los requerimientos actuales y las tendencias futuras de cada industria; además, debe considerar soluciones de seguridad, que garanticen la protección frente a cualquier riesgo de ataque cibernético.
La forma de operar y gestionar las redes ha cambiado radicalmente debido a la integración de recursos energéticos renovables y descentralizados, a la necesidad de optimizar las redes, a la interacción con prosumidores y consumidores y a la participación de nuevos operadores en el mercado. La penetración de la tecnología de la información y la comunicación hasta la red de distribución e incluso los hogares, han incrementado las interconexiones, habilitando más puntos para posibles ataques a infraestructuras críticas. Por ello es relevante buscar socios de negocio que tengan amplia experiencia en el suministro de soluciones de ciberseguridad, conocimiento del sector y capacidades de integración en sus soluciones.
Ante dicho contexto, es indispensable garantizar la seguridad de las operaciones, es decir, asegurar un suministro estable de energía y la protección de los activos en todo momento, a costos competitivos y teniendo en cuenta la normatividad. La ciberseguridad es nuestro mejor aliado, ya que, engloba todas las medidas relacionadas con la mitigación de dichos riesgos, así como el cumplimiento de las normas del sector.
Para lograr dichos objetivos, los operadores de los sistemas eléctricos deberán:
- Cumplir las normativas relacionadas con la ciberseguridad que describen «lo que debe hacerse».
- Ajustarse a las normas relacionadas con la ciberseguridad que describen «Cómo debe hacerse».
- Mitigar los riesgos cibernéticos.
La ciberseguridad en el sector de la automatización de la energía es un tema amplio que requiere de un aliado estratégico que cuente con vastos conocimientos y experiencias específicas en el rubro. Sólo así, podremos definir de manera adecuada, las medidas a implementarse en sistemas, servicios y procesos, haciéndolos seguros y por ende eficientes.
Si bien los desafíos en este camino han causado cierta renuencia en el mercado industrial, los beneficios a largo plazo en eficiencia, la reducción de costos y más importante, el impacto global y el logro de los objetivos de negocio, son un gran motivante para una implementación más rápida de la automatización de la energía.