La petrolera estadounidense Chevron analiza la posibilidad de adquirir parte de los activos internacionales de Lukoil, luego de que el Departamento del Tesoro de EE. UU. autorizara conversaciones con la firma rusa, sancionada desde octubre por su vínculo con el conflicto en Ucrania. La medida forma parte de los esfuerzos de la administración del presidente Donald Trump para presionar a Moscú hacia un proceso de negociación.
De acuerdo con cinco fuentes consultadas por Reuters, Chevron se sumó al interés mostrado por Carlyle y otras firmas en la cartera internacional de Lukoil, valorada en al menos 20,000 millones de dólares. Las fuentes, que solicitaron anonimato, indicaron que Chevron no busca adquirir la totalidad de los activos, sino aquellos donde ya existe participación conjunta, como en los yacimientos de Karachaganak y Tengiz, en Kazajistán.
Lukoil posee infraestructura energética en más de diez países, incluyendo tres refinerías en Europa, estaciones de servicio en Estados Unidos y participaciones en campos petroleros en México, Irak, Ghana, Egipto, Nigeria, Uzbekistán y Kazajistán. Según sus reportes de 2024, los activos internacionales de la firma representan 0.5% de la producción mundial de crudo.
La petrolera rusa también forma parte del consorcio que opera el oleoducto CPC, responsable de transportar más de 1.6 millones de barriles diarios desde Kazajistán hacia los mercados globales a través de Rusia. Este volumen equivale al 1.5% de la demanda mundial de petróleo, lo que convierte a los activos en una pieza estratégica para cualquier comprador.
Chevron declaró que “cumple con las leyes y reglamentos aplicables a su negocio” y que no comenta sobre asuntos comerciales. Por su parte, Lukoil ha confirmado que está en búsqueda de compradores para sus activos en el extranjero, aunque no ha detallado el alcance de las negociaciones.






