Entre mayo y agosto de 2025, el Gobierno de México envió más de 55 embarques de combustible subsidiado a Cuba, con un valor superior a 3,000 millones de dólares, según una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). Esta cifra triplica lo registrado en los dos años anteriores y equivale al presupuesto federal proyectado para 2026 de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Los cargamentos fueron gestionados por Gasolinas Bienestar, filial de Petróleos Mexicanos (Pemex). Incluyeron petróleo crudo, diésel, gasolina, gasóleo y turbosina, enviados a las refinerías Ñico López y Camilo Cienfuegos. La mayoría partió desde Coatzacoalcos, Veracruz, y algunos desde Tampico, Tamaulipas.
Uno de los puntos más delicados del informe es el uso del buque Sandino, sancionado desde 2019 por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos. MCCI confirmó que el Sandino zarpó el 20 de agosto desde la terminal marítima de Pemex en la Laguna de Pajaritos, con destino a Cuba. Al estar en la lista negra de OFAC, cualquier transacción con esta embarcación podría generar sanciones económicas o diplomáticas.
En la mayoría de los envíos, la empresa estatal cubana Coreydan S.A., vinculada a CUPET, aparece como importadora. En al menos tres embarques figura como receptor la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, lo que ha generado dudas sobre los términos del acuerdo.
El gobierno mexicano ha defendido los envíos como parte de una política de “solidaridad internacional”, en respuesta a la crisis energética que enfrenta Cuba, marcada por apagones diarios de más de 12 horas. Sin embargo, especialistas advierten que estas operaciones son subsidios energéticos que han agravado el endeudamiento de Pemex. Su filial reportó pérdidas por más de 5,800 millones de pesos en su primer año de operaciones.






