México importa aproximadamente el 70% de su gas natural desde Estados Unidos, principalmente de Texas, lo que podría convertirse en un factor de presión en el contexto de las relaciones bilaterales y las proyecciones energéticas para 2025.
De acuerdo con Santiago Villagómez, CEO de Energía Real, la dependencia del suministro estadounidense podría ser utilizada como una herramienta de negociación por el expresidente Donald Trump, en caso de una nueva administración suya.
El especialista señaló que esta vulnerabilidad no solo afecta a nivel nacional, sino que también impacta directamente a estados fronterizos como Baja California, que importa energía desde California, lo que podría generar nuevos desafíos en el suministro.
Factores macroeconómicos y volatilidad
Villagómez también destacó que, más allá de la dependencia del gas, factores macroeconómicos como la volatilidad del tipo de cambio y los precios internacionales del gas natural podrían incrementar los costos operativos y generar incertidumbre en los contratos a largo plazo, afectando tanto a clientes como a inversionistas.
El sector energético a gran escala (utility scale) es el más expuesto a estas presiones, mientras que el modelo behind the meter (proyectos privados desconectados de la red pública) mantiene el interés de los inversionistas, pese a la incertidumbre.
Aunque aún no hay medidas concretas sobre posibles restricciones o presiones, la dependencia energética sigue siendo un tema clave en el análisis de los riesgos para el sector en México.