La generación distribuida fotovoltaica está abriendo nuevas oportunidades para el sector industrial mexicano, permitiendo a las empresas reducir su dependencia de la red eléctrica nacional y generar energía limpia a través de paneles solares. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al tercer trimestre de 2024, el sector secundario representó el 31.8% de la economía nacional, con las industrias manufactureras aportando el 19.8%.
Greening México resalta que esta modalidad no solo permite un ahorro en energía eléctrica, sino que también responde a la creciente demanda de sostenibilidad y competitividad. La incorporación de sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) ha sido clave para avanzar en este modelo, ya que garantiza una mayor independencia energética, reducción de costos operativos y estabilidad en el suministro, incluso ante interrupciones de la red.
Actualmente, México cuenta con una capacidad instalada de más de 3,300 MW en generación distribuida fotovoltaica, donde la solar fotovoltaica representa el 99% de esta capacidad, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Este crecimiento ha sido impulsado por la mejora en el acceso a paneles solares, financiamientos accesibles y ventajas regulatorias para instalaciones menores a 0.7 MW.
Los estados de Jalisco, Nuevo León y Chihuahua se destacan como los principales líderes en esta área, con una concentración de alrededor del 33% de la capacidad instalada del país. Además, las proyecciones a largo plazo son positivas, con inversiones que podrían alcanzar los 22,000 millones de dólares para 2028, abarcando desde la generación distribuida hasta plantas fotovoltaicas de gran escala.